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El Alquimista

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Por Rafael Rojas Colorado

 

            Recuerdo que en el año de 1998 leí la novela “A Orillas del Río Piedra me senté y lloré” de Paulo Coelho. Meses después mi esposa me regaló “El Peregrino”, “La Quinta Montaña” y “El Alquimista” del mismo autor, hoy hago breve referencia al último texto.

            El Alquimista es una novela inspirada por la pluma y el misticismo del brasileño, Paulo Coelho. En estas imágenes creadas por letras, se vislumbra a Santiago; joven pastor andaluz que día a día conduce a sus ovejas por los caminos de las llanuras españolas; hasta que un día se atreve a mirar más allá de sus propias limitaciones y toma la decisión de ir en busca de su leyenda personal, el horizonte lo espera con impaciencia.

            El codiciado tesoro que busca está custodiado por las pirámides de Egipto. Por esta razón se interna en el desierto, así vive aventuras plenas de peligro y de emoción, pero algunas también motivadoras e invitadoras a conseguir su principal propósito. En su travesía conoce a un alquimista quien le señala el camino de la vida. Santiago concibe que los seres humanos están conectados con el universo, solo se debe de aprender a leer el lenguaje del misticismo, tal vez también el de las estrellas.

            Finalmente, Santiago encuentra lo que busca, porque aprendió a mirar dentro de sí mismo, en su interior existe una voz que le susurra como dirigir sus pasos, en qué momento debe interpretar las señales que la vida le va presentando en el diario vivir. El desierto es benévolo con él, allí esta ella esperándolo para entregarle su amor, sin duda, Fátima, es el mejor regalo que esa superficie caliente y arenosa le tenía reservado. Santiago aprende a ser libre como el viento que está en todas partes, su sensibilidad le dice que el lenguaje de la vida va mucho más allá de las mismas palabras que la voz ya no alcanza a pronunciar, y que la alquimia es igual al alma del mundo. Pero lo más interesante fue que aprendió a ser el mismo sin importar las circunstancias.

            Paulo Coelho nos muestra a través de esta historia que el universo siempre conspira para lograr lo que verdaderamente se anhela en la vida, porque la energía fluye en todas direcciones.

El autor del Alquimista utiliza a Santiago para conducir al lector por el paisaje de las dunas, los oasis y la arena del inmenso desierto, aquí se forja la voluntad, el entusiasmo y entre muchas cosas más el amor a vivir.

            Le muestra a Santiago que el viento es un fiel mensajero, ya que le entrega en los labios un beso que, de la lejanía, le envía Fátima al joven pastor, es la señal de que debe de volver al desierto por ella, porque ella es su verdadera leyenda, la que incansablemente buscaba en su vida.

            El Alquimista es una novela sumamente alentadora, una prosa ágil e inmersa en muchas imágenes que permiten visualizar los paisajes por los que transita con sus ovejas el pastor andaluz, quien finalmente, descubre el significado de su existir, amable lector, usted no dude y lea esta inspiradora historia, su cuarentena será menos tediosa, además, descubrirá sus caminos internos que lo conducirán a su propia leyenda personal.

rafaelrojascolorado@yahoo.com.mx

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