CULTURAMapaz Culturales

EL AMOR SE MUERE DE RUTINA: GABY PÉREZ ISLAS

Comparte

EL AMOR SE MUERE DE RUTINA: GABY PÉREZ ISLAS

José Eugenio Torres Vázquez                      

Agencia Reforma

Ciudad de México 29 octubre 2023.- La muerte del amor es una de las pérdidas más dolorosas que existen, advierte, para abrir la conversación, alguien que sabe del tema: la tanatóloga Gaby Pérez Islas.

 

 En su más reciente libro, la especialista aborda las causas y el proceso de duelo de las pérdidas amorosas, pero también alerta sobre las secuelas en la salud mental y cómo prevenirlas.

 

 En entrevista, ilustra con números el desastre: en 2022, el INEGI reportó casi 167 mil divorcios, y la terminación de una relación amorosa fue la segunda causa de intento de suicidio, el cual está a la alza –siendo el grupo más vulnerable, el de los jóvenes–.

 

 «Son cifras que me alarman mucho. Hay una urgencia de tomar el tema del amor para aprender que se puede acabar una relación, pero esta relación no tiene que terminar contigo», explica la autora de La muerte del amor (Diana).

 

 Amante de la literatura, Pérez Islas emprendió como primera carrera la de Letras, y, a diferencia de muchas personas que se dedican a la Tanatología por alguna pérdida personal, su interés se despertó por otra vía.

 

 «Yo trabajaba en un colegio, y la dueña –una chica muy joven, feliz, realizando el sueño de tener su colegio; casada, con dos niños pequeños– me había pedido que nos hiciéramos socias. Eso fue el jueves, el lunes me avisa que va a cerrar el colegio. ‘¿Cómo, si me acabas de pedir asociarnos?’, le cuestioné. Y me dice: ‘es que el sábado intenté suicidarme’.

 

 «¿Cómo es posible que alguien, teniendo todo, o aparentemente todo, visto desde afuera, lo intentara? ¿Cómo no me di cuenta de esa falta de salud mental?», rememora.

 

 Así fue cómo decidió estudiar Tanatología a nivel de maestría. Desde entonces han pasado 25 años de ejercicio profesional, en el que ha conjuntado sus dos pasiones: la literatura y la tanatología, en siete libros publicados.

 

 En su consulta como tanatóloga, donde atiende también las pérdidas amorosas, pudo darse cuenta de las relaciones poco sanas, incluso con diferentes grados de violencia, que prevalecen sobre todo entre los jóvenes.

 

 Eso la motivó a buscar transmitir en La muerte del amor un mensaje: cómo amar bien y tener relaciones con respeto para construir un futuro juntos.

 

 ¿Qué es lo que mata principalmente al amor?

 Hay muchas causas, pero como decía Anaïs Nin, el amor no muere de causas naturales, al amor nos lo matan, nos lo asesinan, o se muere de rutina, de hastío.

 

 Hay varios factores que quedan como preguntas sobre la mesa: ¿si se acaba el sexo, se acaba el amor?, ¿si no hay dinero, como dice el dicho, el amor salta por la ventana?, ¿si los hijos realmente te unen como pareja o es lo que te separa?, además de la rutina, las infidelidades, las traiciones.

 

 Creo que las pérdidas en la vida pueden ser un factor de unión, pero a veces no te alcanza el amor para seguir juntos, por ejemplo, con la dolorosa partida de un hijo.

 

 Son muchas causas que pueden acabar con el amor, pero el estar conscientes de que el amor es algo vivo y se acaba, nos vuelve curadores de nuestras relaciones. Nos hace cuidarlo más.

 

 En cambio, si queremos seguir creyendo que el amor todo lo puede y que se ama sin límites y se perdona sin límites, pues como que no le echamos ganitas para que esto salga adelante.

 

 ¿Cómo podemos saber si estamos en una relación viva, moribunda… o ya murió y no nos hemos dado cuenta?

 El libro trae una herramienta fundamental para eso. Me tomó dos años elaborar un cuestionario, un test, para que tú lo apliques a tus relaciones, lo contestes con total honestidad y vas a saber.

 

 Si una relación merece ser salvada, hay que trabajar en ella. Pero también hay que darnos cuenta cuando es necedad el seguir en una relación que claramente está muerta; si está muerta no podemos resucitarla, pero si está enferma, sí podemos darle primeros auxilios psicológicos para que salga adelante. Hay mucho por hacer, no sólo para conservar una relación, sino para mejorarla.

 

 ¿Hay algunas señales que puedas mencionar?

 Me hiciste pensar en la canción de Alejandro Fernández de ‘cómo no me di cuenta que ya no sonreías como antes’, justo el libro incluye una playlist para que antes, durante o después de la lectura te pongas en el ‘mood’ especial para cada capítulo.

 Una señal es cuando la pareja ya no quieren salir solo los dos. ‘¿Vamos a ir solitos? ¡Ay, qué aburrido!, busca a alguien más’, ya no se disfrutan.

 

 Otra señal son los silencios incómodos. Los silencios en una pareja son muy buenos, porque forman la intimidad. Como en la música: si no hay silencio, sería puro ruido, pero cuando son incómodos, es una mala señal; o cuando empezamos a usar más la palabra mío, tuyo, en lugar de un nuestro: ‘son mis vacaciones’, ‘tu dinero’, ‘mi proyecto’ ¿y dónde está el nosotros?

 Desde luego, las faltas de respeto, cuando comenzamos a alzarnos la voz, cuando hay una palabra más alta que otra, cuando hay groserías, descalificaciones.

 

 O flojera de hablar los temas: ‘ay, no, para qué, vamos a acabar en lo mismo, no vamos a conseguir nada’, ese hastío te está anunciando que esa relación ya está preparando sus funerales.

 

 También hay amores que nacen muertos, ¿son amores que no debieron ser?

 En el corazón uno no manda, el corazón tiene razones que la razón no entiende, pero son amores muertos. Cuando te enamoras de alguien que tiene un compromiso, o que es un amor platónico y que no te ha dado señales claras de que eres correspondido, ahí no se puede vivir un duelo, una pérdida de ese amor, porque nunca hubo esa relación, esa relación vivió más en tu cabeza.

 

 Algo que me gusta de La muerte del amor es que mis pacientes me permitieron compartir sus historias de manera muy generosa para ilustrarlo con casos reales, así nos queda muy, muy claro que no estás exento de enamorarte de quien de ti no se enamora.

 

 Tras la muerte del amor, ¿se sigue el mismo proceso de duelo que con la pérdida de un ser querido o tiene sus características particulares?

 Son las mismas etapas (negación, rabia, negociación, depresión y aceptación) sin duda, pero algunas tienen mayor intensidad.

 En la viudez, al menos te queda el agridulce consuelo de que la persona no quería irse, se tuvo que ir, pero en el abandono, en la traición, en la infidelidad, sí se quería ir, entonces la etapa del enojo, de la rabia, la vives con mucha mayor intensidad, hay que tener mucho cuidado con eso.

 

 Las etapas del duelo no se recorren de manera lineal, vienes y te regresas, y un duelo por un divorcio, por una separación puede durar años, no tiene tiempo de caducidad, sino haces las tareas del duelo, sino trabajas para salir de ahí, te puedes quedar enganchado durante mucho, mucho tiempo.

 

 ¿Dirías que hay vida después de la muerte del amor?

 Por supuesto. Se vale que te dejen de querer, pero no se vale que te dejes de querer, y yo creo que cada relación que tenemos nos ayuda a crecer, a madurar, a ser mejores personas, entonces, en ese camino para lograr eso, cada relación es como un escalón que te pone un poquito más arriba y cada final puede ser el comienzo de una nueva historia o, por lo menos, el inicio de una mejor relación contigo. Ese ‘sin ti yo no puedo vivir’ no es amor, es codependencia.

 

¿Estás atorado en una etapa del duelo?

Puedes presentar alguno de estos síntomas:

 

 1.- Repentina pérdida o ganancia de peso.

 

 2.- Adicción al alcohol o a las drogas.

 

 3.- Rabia no resuelta.

 

 4.- Inhabilidad para formar o comprometerte con una nueva relación.

 

 5.- Perder tu propósito en la vida y la dirección en la que te mueves.

 

 6.- Dejarte consumir por el dolor.

 

 Duración del duelo

 Depende de varios factores:

 

 – El carácter del doliente.

 

 – Su inercia.

 

 – Red de apoyo (quién está ahí para el o ella).

 

 ¿Qué hacer?

 – Ten humildad para pedir ayuda.

 

 – La verdadera autoestima es «Yo lo puedo todo, pero no lo puedo solo».

 

 – Redirecciona tu energía hacia ti.

 

 – Vive un día a la vez.

 

 – «No lo busco, no lo ‘stalkeo'», y cuando te das cuenta estás viviendo con más paz que dolor.

 

 – No te juzgues. Se compasivo contigo mismo.

 

 Fuente: La muerte del amor, de Gaby Pérez Islas (Diana)

Dónde encontrarla:

 Gaby Pérez Tanatóloga en Instagram, Facebook, Twitter y YouTube.