El autoritarismo va
El autoritarismo va
Pedro
Peñaloza
“El
coraje es la resistencia al miedo,
el
dominio del miedo, no la ausencia del miedo”.
Mark
Twain
En este
segundo tramo del gobierno de la autollamada 4T, el inquilino de Palacio
Nacional ha decidido, con mayor énfasis, polarizar a las fuerzas políticas y
repetir un discurso maniqueo que busca colocar como centro planetario de
discusión y verdad al “sol” presidencial.
No
estamos sólo en presencia del desplante de un autoritario remiso. No, de
ninguna manera. La dinámica lopezoobradorista consiste en ejercer el poder
atrabiliariamente, sin margen de negociación. Atropellar a los opositores y,
sobre todo, exhibirlos, llenarlos de epítetos y pintar así la raya entre los
“justos” y los “corruptos”, gobierno y oposición, los que luchan por el pueblo
y los traidores a la patria. Ese es el discurso que cautiva a los fanáticos del
obradorismo. No existen zonas para parlamentar, como sucede en cualquier
relación entre poderes distintos. Aquí, no.
Bajo este
contexto, el titular del Ejecutivo ha enviado a la Cámara de Diputados una
iniciativa de reforma constitucional para reformar la legislación eléctrica
vigente y tiene que aprobarse, como ya es costumbre, “sin quitarle ni una
coma”, frase que dibuja la vena despótica de un gobierno que concibe a los
poderes del Estado como empleados al servicio de los humores del presidente.
Sin
embargo, los deseos impositivos del tabasqueño se enfrentan a problemas
concretos para lograr la aprobación de su propuesta. Como se sabe, se requiere
de mayorías calificadas en ambas cámaras del Congreso de la Unión. Requisito
que en esta legislatura no tienen Morena y sus aliados.
Ante
ello, AMLO ha apuntado su ofensiva hacia el PRI, el eslabón más débil de la
alianza opositora. Su discurso hacia el tricolor es elemental, “están con
Carlos Salinas o con Lázaro Cárdenas”. Pero, más allá de este pueril
emplazamiento, el fondo tiene dos aristas: la primera, es romper el bloque
opositor y de paso fracturar al tricolor; y, la segunda, es poner en acción a
la FGR y a la UIF para desempolvar expedientes que puedan intimidar a algunos
priistas, tengan o no fundamento jurídico.
Por
supuesto, la apuesta de López Obrador es lograr imponer su reforma a como dé
lugar, con todo lo que quiera decir esto. Lo que es evidente en esta disputa es
el futuro inmediato del bloque opositor, pero también el poder hegemónico del
presidente. ¿Se atreverá el PRI a doblar las manos? ¿Serán suficientes las
amenazas punitivas del ciudadano del Palacio? La ruta no tiene puertas laterales
ni sensatez legislativa ¿Reforma o cárcel? Parece la única salida para la
cúpula priista.
pedropenaloza@yahoo.com/Twitter:@pedro_penaloz