El basurero de Morena
El basurero de Morena
Por Aurelio Contreras Moreno
El
interminable proceso del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) para
renovar su dirigencia nacional retrata de cuerpo entero la “convicción
democrática” de ese partido político.
La
manifiesta incapacidad de sus militantes para respetar incluso sus propias
reglas, así como esa propensión natural a las purgas internas heredada de la
vieja izquierda estalinista que pervive y convive con ex priistas, ex panistas,
ex perredistas -y muy pocos demócratas- en ese amasijo que en realidad solo es
partido por su nomenclatura legal, amenaza con autodestruirse más pronto de lo
que se hubiese podido pensar.
Las
ambiciones desbordadas de los grupos que desde ahora buscan posicionarse rumbo
al 2024 -porque lo que está en juego para ellos realmente es la sucesión
presidencial- tienen a Morena en vilo, tras una sistemática sucesión de desencuentros,
fraudes internos, desvío abierto de recursos públicos y “patadas” que ya ni se
preocupan por dárselas “debajo de la mesa”.
El
inexplicable “repunte” del coordinador de la bancada morenista en San Lázaro Mario
Delgado en la segunda encuesta aplicada por el Instituto Nacional Electoral
-que está siendo arrastrado por Morena al mismo fango-, hay que ubicarlo en el
contexto del cumplimiento de la “misión” de desaparecer 109 fideicomisos que
financiaban ciencia, tecnología, educación, defensa de derechos humanos,
deporte de alto rendimiento, arte y cultura -y no el mantenimiento de casas de
magistrados ni la privatización de playas, como estuvieron difundiendo todo el
fin de semana los propagandistas del régimen y sus fanáticos fócidos
aplaudidores-, cuyos recursos por más de 68 mil millones de pesos ahora se
engulló la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para usarlos en los fines
que ya conocemos: el clientelismo electoral de la “4t”.
Como
por arte de magia, de ir abajo dos a uno del vetusto ex priista, ex perredista,
ex parmista y muy probablemente en breve ex morenista Porfirio Muñoz Ledo,
Mario Delgado se le “emparejó” con una semana de diferencia, elevando la
tensión interna en Morena pues a pesar del “salto”, el primero se mantuvo con
una pequeña ventaja y ante lo cual reclamó su “derecho” a asumir como
presidente del Comité Ejecutivo Nacional este mismo lunes.
Ante
la intención manifiesta de Muñoz Ledo de presentarse en la sede nacional morenista
para rendir protesta como dirigente, un grupo de supuestas “feministas” -para
eso las usa la mal llamada “cuarta transformación”- tomaron el inmueble
gritando consignas y señalamientos de presunto acoso sexual en contra del ex
presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados que le colocó la
banda presidencial a Andrés Manuel López Obrador.
Una
maniobra por demás burda, porril, que desvela el nivel de descomposición de un
partido sin vida institucional, que ni siquiera merecería llamarse partido,
pues lo único que le da aliento y cohesión es -o era- la figura de Andrés
Manuel López Obrador.
Un
auténtico basurero.
El
penacho de su “Pejestad”
Y mientras
el presidente de México entretiene a la audiencia y desvía la atención mandando
a su esposa de paseo por Europa para pedir de regreso el penacho de Moctezuma y
exigir disculpas históricas de la corona española y la Iglesia Católica por la
Conquista, en la vida real le robaron -de manera muy extraña- al gobierno casi
40 mil medicamentos contra el cáncer y el número de muertos por covid-19 llegó
prácticamente a 84 mil.