EL BAZAR DE EMBAJADAS
Por Pedro Peñaloza
“Razonar y convencer, ¡qué difícil, largo y trabajoso!
¿Sugestionar? ¡Qué fácil, rápido y barato!”
Santiago Ramón y Cajal
El rechazo del gobierno panameño para darle el
beneplácito a Pedro Salmerón, como embajador de México en ese país, abre un
debate acerca del uso del servicio diplomático que hace López Obrador, el cual,
además de violar las reglas de reciprocidad de la comunidad internacional al no
designar un perfil adecuado y no esperar la respuesta positiva del país
receptor antes de hacerlo público, insulta a la ministra del exterior de
Panamá, acusándola de ser integrante de la “santa inquisición” por vetarlo.
Olvida que es un derecho de cualquier gobierno aceptar las credenciales y dar
el visto bueno a los embajadores.
Tampoco es nueva la práctica perniciosa de enviar
al exterior personajes que se busca premiar o castigar. Ahora, con el gobierno
de la “4T” hemos sido testigos de nombramientos que resultan polémicos y en
ocasiones grotescos, que nos recuerdan casos de pasadas administraciones. AMLO
ha usado su poder y su mayoría en el Senado para repartir favores y cubrir
vacantes, con el consiguiente atropello a los diplomáticos de carrera y
personal especializado. Por ello, llama la atención la falta de talento y
oficio elemental de quienes preparan los expedientes de los funcionarios
propuestos. Es decir, ni siquiera existe capacidad para cubrir adecuadamente
las ocurrencias y caprichos del presidente.
El tabasqueño, se ha empeñado en proponer
embajadores sin ningún antecedente en la materia. Y hay de todo. Por ejemplo,
el caso de Salmerón debió ser analizado desde todos los ángulos. ¿No sabían en
Palacio Nacional el escenario que se avecinaba? Es obvio que no les importan
los contextos ni los antecedentes de candidatos, sello distintivo de quien está
convencido de que tiene el monopolio de la verdad y es poseedor de un poder
omnímodo. Y, por supuesto, que cuenta con una Cámara alta a su servicio.
Otras propuestas recientes confirman el uso
patrimonial que le da AMLO a las embajadas y consulados. Los tres casos de ex
gobernadores del PRI, no dejan nada a la imaginación. Está claro, que se trata
de pagos políticos por facilitar el triunfo de los candidatos de Morena en
Campeche, Sonora y Sinaloa. Las otras propuestas, especialmente para Nicaragua
y Venezuela, son acordes con los perfiles que desean los pequeños dictadores de
esos países. En efecto, un bazar lastimosamente exhibido para los pagarés
presidenciales.
Nota grave y aguda: es vergonzoso el papel que ha
jugado el secretario Marcelo Ebrard, al ser operador administrativo de
semejantes ridiculeces. Todo sea por un guiño de AMLO para 2024.
pedropenaloza@yahoo.com/Twitter:@pedro_penaloz