Ars Scribendi

EL BRINDIS DEL BOHEMIO

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ARS SCRIBENDI

Rafael Rojas Colorado

 

A la memoria de Francisco Colorado Esteves

 

Es la última noche del año, ya lo han expresado los miembros de la familia con sus emociones y felicitaciones unos a otros, como cada año lo acostumbramos. Hoy es un momento sustancial en el acontecer del tiempo, pero lo es también en el ritual de esta última cena del año; ya todos hicieron uso de la palabra, es mi turno, por esta razón estoy de pie expresando mi sentir, elevo mi copa y brindo por el patriarca de nuestra familia que en paz descanse, sí, me place pronunciar su nombre, porque sabio fue su consejo de padre, de abuelo, de tío, hermano, compañero y amigo, Dios no lo arrebató y con toda seguridad lo condujo a un lugar imperturbable, pero esta noche él está con nosotros departiendo este momento en el que despedimos el año viejo para abrirle los brazos al que está por llegar.

Cada año desde que nos hemos reunido como familia para agradecer por un año más de vida, él nos regalaba su sentimiento, no lo departía a través de unos versos, los del Brindis del Bohemio, esas estrofas son las que muy a pesar de que no soy declamador y mucho menos poeta, me atreveré a recitar, porque de esta manera lo sentiremos dentro de nuestro ser. Él siempre nos regaló esos instantes en los que todos lo mirábamos mientras declamaba con acentuada inspiración, el Brindis del Bohemio, mientras el sentimiento se apoderaba de nuestro corazón, cuando terminaba le aplaudíamos y alguna discreta lágrima resbalaba por la mejilla que secábamos con el pañuelo; por esta razón de mi pecho emerge el deseo de recitar el poema que tal parece fue inspirado para esta noche en que fenece el año. Por favor siéntense, porque es un momento solemne, puesto que la memoria nos acerca desde la etapa de nuestra juventud, aquellas despedidas de la noche vieja, y en ellas se fue quedando, sin darnos cuenta, los años dorado de nuestro existir, así nos convertimos en adultos y luego en entes seniles, nuestros hijos de la cuna se perfilaron al matrimonio, pero todos, incluso los amigos que gustaban acompañarnos en dichas cenas, también fueron partícipes de estas tradicionales vivencias y le reconocieron su entrega al patriarca familiar.

Esta última noche del año 2018, su voz como la de un mago que emerge de un cuento, resuena en nuestro corazón y en este espacio, su acento tan propio de articular palabras con cierta modulación, su declamación une el pasado con el presente. Por un momento prestémosle atención y ofrendémosle un cálido aplauso, escuchemos su voz con los oídos del alma, “En torno de una mesa de cantina/una noche de invierno/regocijadamente departían seis alegres bohemios…” Elevemos una oración al cielo y un réquiem por su eterno descanso, en esta noche está más vivo que nunca recitando el triste poema.

A todos mis lectores les deseo una Feliz Navidad y que la luz que encenderá el año 2019 los revista de energía y entusiasmo para lograr sus propósitos.

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