El caso de los migrantes en México
La otra versión:
René Sánchez García.
El fenómeno de la migración en un asunto netamente social. Este fenómeno no es actual, si leemos la historia de la humanidad veremos que siempre ha existido. El hombre (incluyendo claro está también a la mujer) es dado a cambiar de residencia de un lugar a otro, casi siempre estos movimientos se deben a factores económicos, ambientales, sociales, políticos, religiosos y hasta por simple gusto personal. Es algo que sólo los sociólogos y algunos estudiosos de las ciencias sociales lo saben explicar a la perfección.
En estos momentos México vive en carne propia la situación de que algo así como cinco mil personas en caravanas, han salido de sus países de origen (Honduras, Guatemala y El Salvador) cruzando la frontera sur, internándose ilegalmente en nuestro suelo. No sólo viajan a pie hombres, sino también mujeres y niños de todas las edades. Los recorridos de esos migrantes no han sido nada fáciles, se han topado con la falta de alimentos, con la carencia de servicios de salud, con la falta de empleos momentáneos, pero principalmente han tenido que enfrentarse con la sociedad mexicana.
Lo sorprendente de estas nuevas caravanas es que tienen líderes y están debidamente organizadas y el propósito fundamental o único es internarse en el territorio de los Estados Unidos de Norteamérica en busca del sueño eterno: trabajo físico que se traducirá en dólares. Así que México se ha convertido en un lugar de paso obligatorio de estos miles de migrantes que han dejado sus hogares y familias. Después de su larga travesía, ahora ya están en la frontera norte, esperando alguna resolución favorable, o entrar indebidamente y por la fuerza al país vecino.
De acuerdo con las informaciones de los medios, ya vienen otras más caravanas de migrantes. Sus países de origen son bastante pobres, donde su principal fuente de trabajo que es la agricultura está totalmente abandonada. Estos migrantes pertenecen a las capas sociales con la menor escolaridad, por lo que sólo saben utilizar sus brazos y manos para el trabajo. En sus lugares priva la inseguridad, pues grupos armados delictivos se han apoderado de todo ese poco que tienen. Igual todos viven las consecuencias de las dictaduras militares que privan, así como la intervención de sectas religiosas que los han controlado por años. Por lo que su única solución que tienen es migrar temporalmente o para siempre.
El problema social de la migración no es privativa de los países de Latinoamérica, sino también la padecen países europeos. España, Francia, Italia y Alemania están llenos de migrantes que han salido del Medio Oriente, donde las guerras, las intervenciones militares y los fanatismos religiosos son extremos. Igual en México se sigue con la idea de que cruzar el Río Bravo como bracero o espalda mojada, es la mejor opción para terminar un poco con la pobreza extrema en que se vive actualmente. El licenciado Miguel Alemán Velasco, siendo gobernador de Veracruz, en una ocasión dio su punto de vista personal acerca de los veracruzanos pobres que cruzaban la frontera norte: “Trabajo en Veracruz existe, se van porque les agrada la aventura”. Esperemos que los gobiernos involucrados encuentren las soluciones favorables a esta migración, antes de que esto se convierta en un serio problema político.
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