Entre Columnas

El cinismo de Boca del Rio.

Comparte

 

 

Martín Quitano Martínez.    

mquim1962@hotmail.com

 

Yo creo que desde muy pequeño mi desdicha y mi dicha, al mismo tiempo,                                                                                                                          fue el no aceptar las cosas como me eran dadas.

Julio Cortázar (1914-1984) Escritor argentino

 

 

Sonriente, feliz de sus desempeños, apostando por que la actuación y los manejos sediciosos den frutos, se ve el ex-gobernador veracruzano que sin vergüenza alguna derrama peroratas increíbles en el contexto de lo que vivimos y del cual es él, amplio, muy amplio responsable.

 

Lo caradura es normal en gran cantidad de la clase política cuando llenos de impudicia se ufanan de sus “quehaceres”, apostando con confianza por la desmemoria social, por la complacencia que suponen consustancial a una sociedad que no discute ni cuestiona su voraz ejercicio público.

 

El anunciado nuevo PRI no puede ser mejor referenciado y enfrentado que con las imágenes de este fin de semana en Boca del Río donde se representa la grotesca comparsa de la impunidad, del cinismo; una candidatura arropada por mucho de lo peor que ha tenido Veracruz en los últimos años, una candidata desfachatada producto de las imposiciones, del desdén por la sociedad a la que supuestamente ha representado y ahora quiere continuar representando.

 

La candidata priísta Boqueña es un ejemplo de un proyecto confeccionado por la miseria política, es una figura estelar de los políticos aviesos, chapulines, con pésimas credenciales administrativas, construidos al fragor de la apuesta por la perversión de la política, que se enseñorea en un estado que ha sido laboratorio nacional para la reformulación del “nuevo PRI”.

 

“El PRI, en perfecto estado de salud física, moral y política”, ver y oír para creer, las perlas que salen de la desfachatez, del pensamiento que domina los caminos que recorren personajes emanados del escombro político de un partido que ha hecho de la corrupción “una cultura nacional”, que no cejan en el empeño de mostrarnos lo que según ellos nos merecemos como sociedad. Un País y nuestra entidad como el resto de ellas, atiborradas de una clase política que considera no tener límites; sus desatinos y malas mañas han costado y cuestan demasiado, herencia maldita que nos ha dejado la violencia, la pobreza, la falta de Estado de derecho.

 

Urgen cambios, nos apremian las participaciones sociales que den cara a la desvergüenza, que arrincone a esta mafiosa estirpe de políticos a las purgas que avizoren cambios; el sistema político mexicano tiene que purgarse, dice Edgardo Buscaglia y dice bien. No es un ejercicio lejano, ni imposible, se ha visto en muchas partes del mundo: únicamente aplicar la ley y encarcelar a los delincuentes políticos que, amparados en la impunidad, ahora vemos incluso como candidatos, ese sería un primer gran mensaje.

 

Es reveladora y preocupante la presencia del ex gobernador en Veracruz en actividades de promoción de su partido en Boca del Río, para los políticos demuestra temor y para la ciudadanía una mascarada de cinismo, una cucharada de amargura que esclarece la opinión que tienen ellos de nosotros, nos ven como una sociedad que solo ve lo que ellos muestran y oye lo que ellos dicen, que no entiende y no podrá levantar la cerviz, ojalá se les pueda dar una sorpresa.

 

 

DE LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA

La suspensión de la evaluación docente, otra claudicación más de las responsabilidades del Estado.

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *