El comienzo de algo nuevo
Linda Rubi Martínez Díaz
Hola amigos lectores, les saludo con el cariño de siempre. Es semana de cerrar ciclos, de finalizar los periodos escolares que indican un antes y un después en los diferentes niveles educativos, y que representan el punto culminante para el crecimiento personal y profesional de niños y jóvenes. Sin embargo, también representa la preparación de ciudadanos con compromiso y responsabilidad hacia los demás, que han recorrido una parte fundamental en sus vidas para ofrecer algo a su entorno.
Felicito a los chicos y grandes que en este mes se gradúan, porque representó un reto para ustedes. Siéntanse privilegiados porque forman parte del gran círculo de jóvenes exitosos, a quienes les dejaremos los destinos de nuestro país en un futuro cercano. Mi admiración a sus padres por el impulso que les dieron y el sacrificio que significa el a veces no poder estar con ustedes. Sin embargo, recuerden que ustedes son parte de ellos, y que confían en sus decisiones para guiarse hacia el buen camino.
La vida de los jóvenes es relativamente corta. No sabemos el momento exacto cuando ustedes dejarán de ser niños y convertirse en personas adultas. Pero aun cuando ésta es la etapa más pequeña entre todas las de nuestra existencia, es en ella donde se determinan nuestras costumbres, nuestras formas de pensar y de hacer. Donde se forjan nuestros destinos y se fortalece nuestro carácter. Pero más importante aún: es donde se siembra el éxito o el fracaso de los futuros ciudadanos.
Los constructores de esta patria han hecho un excelente trabajo para que todos tengamos oportunidades independientemente de nuestras condiciones socioeconómicas. Y como portadores de la estafeta transmitida desde hace más de doscientos años, pronto será su turno de aplicar las armas del cambio. Espero que estén satisfechos de haber concluido esta etapa, la cual deben reconocer como un logro personal. Pero no olviden su papel allá afuera, y sobre todo de su participación activa en la solución de los problemas sociales que tanto nos aquejan.
Nuevamente les reitero mi reconocimiento por este gran logro y que no solo sea el punto final de sus proyectos, sino el comienzo una vida mejor.
Nos leemos la próxima, que Dios los bendiga.