El desabasto de medicinas: real y criminal
Rúbrica
El desabasto de medicinas: real y criminal
Por
Aurelio Contreras Moreno
Contra la narrativa oficiosa que acusa objetivos dizque
“golpistas” en la demanda
del cumplimiento de las diversas responsabilidades
gubernamentales, una en la
que claramente el régimen de la pretendida “cuarta
transformación” ha fracasado
Estrepitosamente es la de garantizar la salud de los
habitantes de este país.
Mientras funcionarios como el impresentable –y candidato
a reo en el mediano
Plazo- Hugo López Gatell se regodea viéndose el ombligo
en compañía de los
propagandistas del lopezobradorismo –usando para ello a
los medios públicos de
manera vil-, la realidad del desabasto de medicamentos de
diferente índole en el
sector público de la salud es una prueba irrefutable de
su ineptitud, indolencia y
absoluta falta de empatía, que quieren esconder lanzando
locuaces teorías de la
conspiración.
Por principio de cuentas, la falta de medicamentos
oncológicos para atender a
infantes con cáncer fue reconocida incluso por el propio
presidente Andrés Manuel
López Obrador el pasado 16 de junio, cuando tras una
nueva protesta de padres
de niños enfermos, se comprometió a que a la semana
siguiente estarían
disponibles los fármacos.
Incluso, el presidente refirió que “es un asunto de
abasto también mundial, de
algunos medicamentos, algunas claves”, pero que en su
gobierno están
“dedicados de tiempo completo a eso, lo estamos viendo
como algo prioritario,
urgente, se está trabajando literalmente día y noche,
consiguiendo todos los
medicamentos en el mundo, en los distintos países del
mundo, no hay limitación
de dinero”.
El caso es que los medicamentos nunca llegaron y el fin
de semana las
asociaciones civiles que están al frente de esta demanda
de oncológicos
denunciaron ser víctimas de un nuevo engaño. Ello provocó
una airada reacción
del régimen, que mandó a personajes como el caricaturista
Rafael Barajas “El
Fisgón” –quien a la par de sus “chambas” en La Jornada,
Proceso y Canal 22
también funge como presidente del Instituto Nacional de
Formación Política de
Morena- a darle “vuelo” a los delirios golpistas de López
Gatell y, en el colmo de la
ruindad, a calificar desde un espacio propiedad de todos
los mexicanos como
“telenovela” el drama de los niños que no reciben sus
medicamentos y que en ello
les va la vida.
Pero no solo no hay
medicamentos oncológicos. Baste darse una vuelta por
cualquier institución
pública de salud para percatarse de que el desabasto es
mucho más amplio y afecta a
pacientes de un gran número de enfermedades, tan
graves y mortales como el
cáncer.
De acuerdo con fuentes
directas consultadas personalmente por quien esto
escribe, tan solo en el
sector salud del estado de Veracruz el porcentaje de
surtimiento de los almacenes
generales para los hospitales es de apenas 35 por
ciento, lo que se refleja en
la carencia cotidiana de una gran cantidad de
medicamentos.
Entre los más usados y que
no están siendo surtidos por la Secretaría de Salud de
Veracruz a los nosocomios se
encuentran gluconato de calcio, fosfato de potasio,
KCl, rocuronio, fentanilo,
Midazolam de 50, 15 y cinco miligramos (mg);
Gentamicina de 80 mg,
Vancomicina de 500 mg y un gramo (gr), Meropenem de
500 mg y 1 gr, ceftriaxona,
cefalotina, Solución de Hartman de 1000 ml, Solución
Fisiológica de 50, 100 y 250
ml; y Omeprazol IV, entre otros fármacos.
En esa lista hay soluciones
intravenosas, antibióticos de amplio espectro,
medicamentos que se utilizan
como anestésicos y para sedar a pacientes que
necesitan ser intubados,
como es el caso de quienes entran en fases graves de
covid-19.
Varios son de uso común en
pacientes hospitalizados con diabetes, para
deshidratación con
desequilibrio hidroeléctrico y enfermedades cardiacas, para
infecciones, para anestesiar
a pacientes para cirugía o para intubarlos y dar
respiración mecánica.
Es tan grave la situación,
que en los hospitales públicos de la entidad han tenido
que tomar varias veces la
decisión de comprar medicamentos por su cuenta,
desobedeciendo incluso las
indicaciones de las autoridades sanitarias de que solo
ellos pueden adquirirlos.
Pero es eso o una muerte segura para los pacientes.
¿Y así se atreven a hablar
de conspiraciones?
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