EL DESAFÍO DE LA PRENSA PARA SOBREVIVIR A LA INTERNET
EL DESAFÍO DE LA PRENSA PARA SOBREVIVIR A LA INTERNET
· La primera charla de la
Bienal de Periodismo Vargas Llosa versó sobre las raíces de la censura y la
autocensura, que amenazan la independencia de los medios
Guadalajara, Jalisco, a 2
de diciembre de 2022.- La principal tarea de los medios es siempre sacar a la
luz cualquier historia que se quiere ocultar, y en este proceso se pueden
enfrentar procesos de la censura o, más aún, de autocensura, situaciones en las
que entra en juego el conflicto interno del periodista entre sus intereses y
principios, consideró Laura Puertas, periodista peruana que participó en la
mesa “Poder, censura y autocensura en el periodismo iberoamericano”, primera
actividad de la Bienal de Periodismo Mario Vargas Llosa, celebrada como parte
de las actividades de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
Puertas compartió con el
público una experiencia donde se trató de censurar su labor. En plena campaña
electoral, los dueños del medio donde laboraba la llamaron para pedirle
desaparecer de la pantalla a uno de los principales candidatos en la contienda.
Ella se negó, aunque sabía que eso podría significar que presentara su
renuncia. “No era posible, porque nos debemos a las audiencias”.
Elena Irarrázabal,
periodista chilena, relató que desde el periodismo cultural ha presenciado cómo
en los últimos años los periodistas comienzan a caer también en la autocensura,
debido a la que describió como “dictadura de lo políticamente correcto”, en
referencia a la llamada cultura de la cancelación. Explicó que si bien su
origen fue impulsado por fines loables, hay casos donde se lleva a los
extremos, como el debate de algunos grupos feministas que han tratado de
cancelar a Pablo Neruda por las debilidades de su vida personal.
Es una línea difusa y
compleja, donde se encuentra con personas de enorme intolerancia y que ha
convertido a algunos autores en innombrables, y ese es un factor que influye en
la autocensura por el desafío que implica conversar con escritores e
historiadores que ya no se atreven a expresar lo que piensan.
Laureano Pérez Izquierdo,
periodista y director de Infobae América, agregó que esta cultura de la
cancelación pone en peligro muchos valores democráticos, y que los periodistas
no se están dando cuenta. Sin embargo, para él hay una diferencia entre la
autocensura y autocancelación: mientras la primera se funda en el temor a
molestar a determinado poder, la autocancelación no molesta al poder, sino a
grupos diseminados que condenan anónimamente.
La autocancelación genera,
además, otro temor: a no pertenecer al grupo al que se es parte. Sin embargo,
para los periodistas esto supone un problema previo, ya que no deben pertenecer
a ningún grupo, sino que tienen que obedecer a sus valores e ideas, de modo que
si anteponen cancelar un hecho comprobable por el temor a no pertenecer a un
grupo, es ir contra sus principios.
Estos problemas se han
recrudecido en los últimos años con el auge de la Internet, pues los medios
tradicionales, que apuestan por la veracidad de la información y la calidad de las
noticias, han visto mermada su estabilidad económica principalmente por el
modelo de Google, que se ha llevado la publicidad al concentrar 70 por ciento y
tomar todo el contenido gratis para después difundirlo y cobrar por ello. Lo
que ocurre es que los medios tienen menos ingresos, los presupuestos se
achican, se reducen las unidades de investigación, ya no se producen trabajos
de largo aliento, y se arriesga la independencia del medio.
“Las empresas
periodísticas tienen la obligación de ganar dinero, esto le da independencia al
medio del poder del gobierno, y más en los debilitados sistemas democráticos de
América Latina, donde los gobiernos ejercen control sobre diversos resortes
económicos, pauta oficial, control de papel”, insistió Pérez Izquierdo.
Puertas propuso convencer
a los dueños de los medios para apostar por mejor periodismo; las audiencias
todavía buscan buen periodismo y apuestan por él, ejemplo de ello es el trabajo
de The New York Times, que ha ganado muchos suscriptores al ofrecer
contenidos de calidad. Irarrázabal agregó que otro desafío de los periodistas
es no ser seducidos completamente por Twitter, pues puede ser visto como un
paraíso y generar una falsa idea de que representa a su auditorio. “No podemos
terminar escribiendo para Twitter, sino tener siempre presentes los distintos
públicos”.
“Si la prensa ha creído
ser un poder, se ha vanagloriado de ser otro poder, tampoco podemos
escandalizarnos tanto por descubrir que hay muchos interesados en limitar,
controlar o adquirir ese poder nuestro, se llamen gobierno, se llamen
empresarios o se llamen narcotraficantes. Este es un juego de gigantes en el
que la prensa entra a jugar fuerte, pero solo si tiene respaldo, de las
audiencias, del público”, expuso el periodista español Ramiro Villapadierna.