Especial

El desenlace

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Por: Norma Carretero Rojano

Capitulo tres

¡Que ajena estaba de los verdaderos sentimientos de Julo hacia ella!, los cuales va descubriendo poco a poco hasta darse cuenta y dejar por sentado que cada vez que lo veía, Julio la escaneaba con la mirada deleitándose gratamente en sus encuentros de trabajo. Miradas discretas, no lascivas, se puede decir que de culto a su gran belleza y personalidad.
Cierta tarde Laura recibía un mensaje –Hola Laura ¿cómo te encuentras hoy?, ¿sabes?, estoy viendo una película buenísima, pero nada sería más grato que estar contigo en el cine viendo una. Laura se sonrojaba en automático y su corazón palpitaba- -En los últimos quince años de mi vida he ido al cine tres o cuatro veces. Ahora veo cine en casa y me agrada bastante, me relaja y me saca de mi rutina de arduo trabajo. Sigue disfrutando de tu fin de semana. Buenas noches Julio. Descansa. Ha sido un placer platicar contigo. Me voy a descansar. Obviamente Julio deseaba todo menos cortar la conversación, pero entendía que debía dar tiempo, pues era claro que a Laura le costaba mucho trabajo abrir su corazón. –Mañana continuamos Laura; “si quieres que tus sueños se hagan realidad no debes quedarte dormida” –Entonces, ¿velo?, le contestaba Laura en son de broma y para bajar un poquito el tono de las emociones.
Laura se empezaba a sentir deseada; diferente en esta ocasión. Julio, un caballero educado, maduro, con buen estatus económico y laboral se interesaba verdaderamente en ella. De la cual admiraba, en primer lugar su físico, también su educación, su preparación y profesionalismo, distintivos que la hacían única y que, además Julio se encarga de hacérselo notar a lo largo de sus charlas. –Te hablo de tu, Julio, y no te visualizo, se me hace tan extraño aun… -Somos producto de “whats”, ahora que volvamos a vernos en persona a ver como reaccionamos, jajaja.
-Inventos del hombre blanco, diría mi abuela, contestabale Laura, pues demás no le había encantada el comentario, ella lo sentía simplista y frio, cuando ella sentía tantas emociones, pero, efectivamente, su comunicación básica lo era a través de la tecnología haciendo un poco más distante y fría la relación, aunque ambos ponían alma, corazón y vida en sus cotidianos intercambios. Laura se había adelantado a sus pensamientos, cuando recibió un segundo mensaje: -estoy seguro que cuando eso pase, será todavía mejor, ¿no crees?. ¡Ups!, otra vez la dejaba con cara de atorada. Continuará
e mail: normacarreterorojano@hotmail.com

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