El discreto encanto de la demagogia
Pedro Peñaloza
La vida es como los cuadros, conviene mirarlos cuatro pasos atrás.
– José Saramago
- Fuera máscaras. Los dueños del dinero, que se pusieron histéricos por la consulta pírrica de AMLO, hoy lucen complacidos y satisfechos. El asunto fue muy sencillo, como lo ha sido históricamente, los capitalistas se mueven y reaccionan por los intereses concretos que les produce la ganancia. Aquí, se mostró plásticamente el viejo axioma de que el capital no se rige por horarios ni principios éticos, bastó que el exestudiante de Ciencias Políticas los citara en un restaurante “fifí” y les ofreciera contratos sin licitaciones y dinero público abundante para que se convirtieran en corderitos sometidos por el lobo tabasqueño.
La reunión fue privada, pero no clandestina. El exjefe de gobierno salió de ella orondo y pleno, es más, afirmó
, en tono de catequista, que “se habían portado bien los empresarios”. Dejémonos de cuentos y de historias evocativas, el próximo gobierno ejercerá su poder con palabras sonoras, pero con la chequera abierta para tener contentas a las élites empresariales. La Realpolitik de la llamada “cuarta transformación” es muy nítida y no deja lugar a dudas de su carácter ambivalente. Los vocablos llenos de miel para las víctimas y los marginados serán acompañados por mendrugos del presupuesto público. El goteo asistencialista llenará páginas y comentarios de los feligreses del nuevo mesías, pero esencialmente la desigualdad social seguirá siendo un océano inamovible y el archipiélago de los poderosos permanecerá confortable.
- Los militares disfrazados. Otra vez, el presidente electo pospuso la presentación de su propuesta de seguridad pública. Lo que está claro es que las líneas programáticas de su proyecto muestran serias contradicciones y una anemia conceptual de pronóstico reservado. Recordemos: AMLO ha dicho que se construirá una “Guardia Civil” que jugará el papel de “Ejercito de paz”, formada por marinos, soldados y agentes federales, el cual evitará hacer uso excesivo de la fuerza.
Días después habló de dividir el país en 265 regiones a partir de los índices delictivos, y señaló que el 70 por ciento del presupuesto será destinado a generar desarrollo económico y empleos, y el 30 por ciento restante en medidas coercitivas. ¡Caramba! El tabasqueño no está enterado de que no existe correlación determinante entre pobreza y criminalidad. Veamos dos ejemplos: La CdMx y el Edomex tienen altos índices de violencias y de delitos, pero un alto desarrollo económico; su fórmula de atacar la criminalidad, por lo menos, es bastante amateur y carente de solides teórica y práctica.
En conclusión, el próximo presidente sigue atrapado en las cómodas coordenadas de la demagogia. ¡Cuidado!