EL ETERNO INFANTE…
EL ETERNO INFANTE…
UNO MENOS
Salvador Farfán Infante
Seguiremos viendo este tema durante
varias semanas más, esperando puedan detectar todos los temas que se van
involucrando en la personalidad de nuestro familiar con problemas de adicción(es).
V. EL PROBLEMA CENTRAL
Las personas que son adictas o
dependientes a una o varias sustancias psicoactivas sufren debido a su
INMADUREZ, a causa de ese ETERNO INFANTE, egoísta y demandante, que llevan
consigo. SU INMADUREZ constituye un enemigo implacable y no obstante, tienen
que conocerla a fondo si quieren derrotarla, y tienen que derrotarla si quieren
sobrevivir.
Conviene insistir y subrayar que la
INMADUREZ es un enemigo muy poderoso: tan activo e incansable como un niño de
cuatro años, cuya vitalidad parece no conocer límites y cuyas demandas son tan
grandes que nada ni nadie puede satisfacerlo del todo.
Cuando una sustancia psicoactiva
afecta nuestra personalidad, sucede un extraño fenómeno: la parte madura se
debilita y la parte infantil adquiere, con el alcohol o la droga, un poder casi
absoluto, poder que emplea en reclamar el mal trato que se le dio; en exigir
atención inmediata y exclusiva; en manipular las culpas de quienes no lo
tomaron en cuenta o de la manera que él quería; en organizar su vida y la de su
familia conforme a los vaivenes de sus caprichos.
Por ello se dice que en muchos
adictos el ETERNO INFANTE es consecuencia del efecto que la sustancia adictiva
ejerce sobre su personalidad y que es ella la que “lo crea” o “lo hace nacer.”
Y de ahí, también, que a medida que pasa el tiempo y aumenta el nivel de
intoxicación, la madurez desaparezca gradualmente dejando camino franco para
que EL ETERNO BEBÉ imponga sus absurdas e irracionales demandas e implante su
reino de INMADUREZ, EGOÍSMO, ENVIDIA Y DESTRUCCIÓN.
Y lo más grave es que ese niño
terrible ya no es del todo un niño: tiene un cuerpo más fuerte y posee más
conocimientos y habilidades de las que en sus primeros años de vida. Su
resistencia es también mucho mayor y regresa poderoso, seductor, sin temor a
nada ni a nadie, inteligente, bello. Es así, casi tan peligroso como un Dios.
Fuente: “Folleto de Monte Fénix”. Las
principales tareas del alcohólico y del adicto a las drogas.