EL FEDERALISMO FISCAL NO DEBE SER DISCRECIONAL
EL FEDERALISMO FISCAL NO DEBE SER DISCRECIONAL
Por José Luis Enríquez
Ambell
Sin querer entrar a la
evolución histórica, definición, teorías o conceptos de eficiencia, equidad y
gobernabilidad sobre el federalismo en México, es una realidad que nació
forzado por diversas condiciones de correlación de fuerzas en el ámbito
político.
Es innegable que el pacto
federal en materia fiscal nació con desigualdades políticas, sociales,
económicas e institucionales que hizo y hace una marcada diferencia entre el
centro y las partes o sea, con una excesiva tensión de unas y total
subordinación de otras, lo que muestra que el centro se termina imponiendo al
final de cuentas.
En México el poder ejecutivo
federal goza de privilegios frente a los otros dos poderes – aunque no se
acepte así sea – y ya ni se diga ante las entidades cómo los gobiernos
estatales, lo que en nada abate las desigualdades regionales y esto no abona
para que el federalismo sea de una franca cooperación y más ahora que la visión
desde la SHCP se aprecia que es el cerrarse a cualquier ruta de acceso en lo
financiero que no sea lo que se ordene por Don Andrés Manuel López Obrador,
Presidente de México.
La teoría de no darle a los
estados para con ello evitar cimienten autonomía y fortaleza en lo financiero
en términos de ingresos y una libre disposición de los recursos, quizá para
evitar fragmentar el poderío que vaya a provocar quizá algún derrumbe político
desde la visión – muy sesgada por cierto – desde la óptica de la SHCP y que
vulnere al régimen que busca mantener el máximo control sobre los estados, los
municipios, los poderes ajenos al ejecutivo y todo ente público.
Todo esto ahora se sabe porque
se difunde, pero antes la subordinación y que ahora la reclaman los gobernadores
– unos abiertamente otros menos – y de ahí la necesidad que la coordinación
fiscal entre el centro del país y estados, sobre todo de oposición, es una gran
exigencia no solo de los propios gobernadores sino también de los electores
como población en cada entidad que observan el desorden financiero que mantiene
a la economía muy aletargada y poco dinámica, que hace más complejo el poder
adquisitivo entre la población ante los elevados precios en los productos e
insumos.
La SHCP creo debe entender que
no tiene un megapoder autónomo frente a los gobernadores y sus estados pues,
los recursos que administra,- pero que no los produce dado que los genera el
sector privado en las entidades,- cada vez reciben menos a lo que se aporta
sobre todo a través de ISR e IVA, entre otros conceptos. Dicho de otra forma,
la Federación recibe mucho y manda cada vez menos a los estados. Esto empeora
cuando algunos municipios o entidades de gobierno en los estados caen en subejercicios y se regresa dinero a la SHCP.
«El reparto de las
participaciones federales son desiguales y creo no debe seguir en la
discrecionalidad en el ejercicio del gasto público, eso no es favorable para la
transparencia como para la rendición de cuentas.»
Con menos recursos para la
Federación y un mayor control en su ejercicio a través de reglas específicas
donde los estados deben etiquetar a la Federación en sus gastos, con la ayuda
de todos los senadores y diputados para velar por los intereses regionales en
los estados y sus municipalidades, dejando de lado ser observadores y tribuna
de las discusiones, estarían contribuyendo a definir criterios de asignación y
destino de las partidas presupuestales.
«El pueblo pone y el
pueblo quita.» Y «El pleno pone y pleno quita.» Esto en el
escenario federal y estatal ¿ o no debe ser así ?
UN CAFÉ CON DOBLE CARGA
El reporte político –
meteorológico, nos anuncia que la época de nubarrones en el ambiente continuará
y pudiera ser que aumente la temperatura para algunos y la frialdad para otros.
¡ES CUANTO!
enriquezambell@gmail.com