El fracaso moral de la “4t”
El fracaso moral de la “4t”
Por Aurelio Contreras Moreno
Sin
decoro alguno, en abierto desafío de las leyes y las instituciones que las
hacen valer, el presidente Andrés Manuel López Obrador y sus aliados se han
lanzado al abismo de la arbitrariedad con tal de mantener el poder.
La
investigación anunciada por la Fiscalía General de la República (FGR) en contra
de los candidatos a la gubernatura de Nuevo León por la alianza Va Fuerte por Nuevo León, Adrián de la Garza, y de
Movimiento Ciudadano Samuel García, es tan débil como las aspiraciones de la
abanderada de Morena, Clara Luz Flores, quien se fue a la lona en las
preferencias tras ser exhibida mintiendo sobre sus vínculos personales con
Keith Raniere, líder de la secta de abusadores sexuales NXIVM, de la que
también formó parte el actual dirigente nacional de Morena, Mario Delgado.
La
manipulación de los órganos procuradores de justicia con fines políticos y
esencialmente electoreros no es algo que no se haya hecho antes, es verdad. Pero
ni el más bananero de los presidentes que ha tenido este país había tenido la
desfachatez de decir, a voz en cuello, que está entrometiéndose en las campañas
electorales, dizque para que no haya “fraude”.
Aunque
valga decir que es un camino que ya ha andado la “4t” antes incluso de adoptar
su megalómana denominación. Cuando Enrique Peña Nieto se dio cuenta que no
habría manera de que el PRI retuviera el poder en 2018, escogió apoyar a Andrés
Manuel López Obrador para que ganara los comicios.
Fue
entonces que lanzó a la entonces Procuraduría General de la República contra el
candidato del PAN Ricardo Anaya, que si bien era -y sigue siendo- un político
anodino, traicionero y desconectado de la realidad del país, nunca hubo
elementos para proceder legalmente en su contra, como quedó claro con el
sobreseimiento de la investigación.
Se
trató de una mera persecución electorera del gobierno de Peña Nieto para
favorecer a quien ya habían medido que tenía más posibilidades de triunfo. Por
ello, hasta ahora, el gobierno de López Obrador no toca ni con el pétalo de una
crítica a su antecesor, mientras éste se da la gran vida en Europa, gozando del
glamour cual “playboy”.
Aun concediendo que haya veracidad en los cargos por los que la
FGR busca descarrillar a los candidatos opositores en Nuevo León, a quien
corresponde presentar las denuncias es a los partidos políticos afectados y no
al titular del Poder Ejecutivo federal, que un día sí y otro también viola la
Constitución con tal de rescatar a su partido de la debacle que le está
significando el colapso de la Línea 12 del Metro, el cual solo puede explicarse
a partir de la corrupción, la indolencia y la incapacidad de las últimas tres
administraciones de la Ciudad de México, todas emanadas de una u otra manera
del mismo grupo político gobernante en este momento. Incluida la de Miguel
Ángel Mancera.
Una reciente medición así lo demuestra. De acuerdo con una
encuesta de México Elige, si las elecciones federales fueran hoy,
Morena y sus aliados registrarían un empate técnico con la coalición opositora
de PRI, PAN y PRD.
Según
los resultados del estudio, 47.1 por ciento de los encuestados les daría el
voto a los candidatos a diputados federales de Morena y aliados, mientras que
45 por ciento lo haría por la coalición Va por México. Eso significa que el
régimen de la mal llamada “cuarta transformación” perdería la mayoría
calificada que actualmente tiene en San Lázaro.
Por ello no tienen empacho para arrastrar por el suelo la Constitución.
Por eso hacen exactamente lo mismo -y hasta cosas peores- que hacían quienes
les antecedieron, sin que la FGR se dé por enterada.
Por eso, el fracaso moral de la “4t”.
Violencia incontrolable en Veracruz
El secuestro de la ex presidenta municipal de San Andrés Tuxtla, Marina
Garay, también muestra otro rotundo fracaso: el de la administración de
caricatura que mal gobierna Veracruz.