El gato, de García Ponce
El gato, de García Ponce
René
Sánchez García.
Este
fin de semana me dediqué a ya no perder más mi tiempo en las benditas redes
sociales, y preferí dedicarme a leer un bello libro del escritor mexicano Juan
García Ponce (1932-2003) que editó el Fondo de Cultura Económica. El libro en
cuestión se titula El gato. Se trata de una novela, aunque también se dice que es
un cuento, pues son muy similares en su estructura a La plaza y La gaviota del
mismo autor, donde “el vértigo ha sido sustituido por un lirismo simbólico que
dota a los personajes de forma”.
Se trata de una narración
amorosa que se da entre dos personajes: Alma y Andrés. Dos jóvenes veinticinco
añeros quizá, que son más que novios, pero que a ratos viven su idilio en uno
de los pisos de un viejo edificio del centro de la ciudad de México. De ella no
se sabe su ocupación, pero él es un escritor principiante, que desea por todos
los medios terminar un trabajo. En ese edificio deambula un gato gris de
grandes ojos amarillos, que tiene que ver, a lo largo de la novela, con esa
relación amorosa, convirtiéndose así en el tercer protagonista de esta
historia.
Todas las escenas que se
desarrollan a lo largo de la novela son de tipo amoroso, con un muy delicado
tinte sensual de erotismo. Contiene repetidas representaciones, no de la forma
de hacer el amor en dicho departamento, sino de una fina descripción poética de
cada una de las partes del cuerpo desnudo de Alma. No hay diálogos vulgares
entre ellos, solo las tiernas acciones que se dan cuando se toca o se besa un
cuerpo, ya sea el femenino o el masculino, para así encontrar el gozo o el
placer, tan necesarios para construir la felicidad o el deleite de los seres
humanos.
En ese estilo o forma de
amor interviene un gato de color gris con grandes ojos amarillos, que sigue, no
sólo de cerca el entrar o el salir de ellos a dicho departamento, sino también
se convierte en testigo mudo o partícipe en las locuras amorosas del hombre y
de la mujer en esa intimidad que construyen. García Ponce “se ha propuesto
penetrar en el yo de sus personajes,
escribiendo una prosa que busca recrear el mundo cotidiano (esencialmente el de
la pareja y la realidad del amor)”. Así el gato “presenta cuadros y retratos
del edificio, de un departamento, de las calles y de la ciudad en su diario
acontecer”, y contribuye al erotismo.
Juan García Ponce, escritor,
ensayista, crítico literario y de arte mexicano, cronista, narrador y
dramaturgo, estudió Filosofía y Letras en la UNAM y pertenece a la generación
de escritores del inicio de la segunda mitad del siglo XX: Salvador Elizondo,
Juan Vicente Melo, José de la Colina, Inés Arredondo y Sergio Pitol. Y de
acuerdo con Eduardo Vázquez: en García Ponce “el erotismo es el motor que mueve
a sus personajes al vacío y el que les da vida. Si erotismo y deseo conducen al
pecado y a la culpa, para el escritor son también el lugar de la expiación y la
gracia”.
Invito a todos leer esta fabulosa novela de
fino erotismo y sobre la existencia mágica de un gato.
sagare32@outlook.com