EL GOBIERNO DE LA VIOLENCIA FEMINICIDA
EL GOBIERNO DE LA VIOLENCIA FEMINICIDA
Por Aurelio Contreras Moreno
Como ha quedado más
que demostrado en los últimos días, las autoridades de los tres poderes del
estado de Veracruz no tienen el mínimo empacho en violentar mujeres, tanto de
manera simbólica como también a través de hechos concretos.
La apología del
feminicidio del sábado pasado, con los ataúdes con la imagen de la presidenta
de la Suprema Corte de Justicia Norma Piña, fue solo una de las tantas maneras y
casos en los que desde funcionarios menores hasta el mismo gobernador
Cuitláhuac García Jiménez, embrutecidos de poder, han ejercido violencia contra
las mujeres desde que están en el gobierno.
Se cuentan por
decenas las denuncias por acoso sexual dentro de la propia administración
estatal de Veracruz, mismas que las autoridades dicen que atienden y sancionan.
Pero la realidad es que solamente actúan cuando alguno de estos hechos se hace
público y comienza a afectarlos.
La dependencia que
concentra el mayor número de denuncias por acoso y violencia contra las mujeres
es la Secretaria de Gobierno. Amarga ironía, pues es precisamente ahí en donde
está sectorizado el Instituto Veracruzano de las Mujeres –que se ha pasado todo
el sexenio de Cuitláhuac García sin una titular, solo con una encargada de
despacho que si jamás alza la voz por lo que ahí sucede, menos aún lo hace por
las víctimas al exterior- y es además la cabeza del Sistema Estatal para
Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la violencia contra las Mujeres.
El titular de dicho
sistema no es otro que el secretario de Gobierno, Eric Patrocinio Cisneros
Burgos, quien ha sido denunciado por agredir a una diputada local y que se
encargó personalmente de cargar uno de los ataúdes con la imagen de la ministra
Piña en la ridícula concentración de demagógica violencia del morenismo
veracruzano afuera de la Corte el fin de semana pasado.
Ese mismo funcionario
es quien habría provocado la renuncia de una ex secretaria de despacho del
gobierno estatal, a la que habría acosado sexualmente con tal grado de
violencia, que prefirió dejar el cargo, ante la indolencia y complicidad de
Cuitláhuac García, que según versiones recogidas por quien esto escribe,
simplemente se lavó las manos.
Con todos estos
agravantes, no es casual que Veracruz ocupe los primeros lugares nacionales en
violencia contra las mujeres. Por más que intenten maquillar las cifras
reclasificando los delitos para que los números les sean más “favorables”.
En su más reciente
reporte, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública
(SESNSP) contabilizó que entre enero y abril de este año se cometieron 23
feminicidios en Veracruz, lo que coloca al estado en el segundo lugar nacional
en este delito, solo superado por el Estado de México con 36 y con uno más que
Nuevo León y Oaxaca, que registraron 22 feminicidios.
Es preciso recordar
que las cifras del SESNSP se basan en los datos que las propias fiscalías de
las entidades de la República le envían a partir de las denuncias y carpetas de
investigación abiertas. Son, pues, datos oficiales.
El Observatorio
Universitario de Violencias contra las Mujeres de la Universidad Veracruzana,
sin embargo, documentó en el mismo periodo de enero a abril de 2023 un total de
30 feminicidios, 30 homicidios de mujeres, 297 desapariciones y 132 agresiones,
de acuerdo con otro reporte reciente.
No puede afirmarse
que esos feminicidios sean una consecuencia directa de las conductas de las
autoridades estatales. Pero sin duda responden a un patrón, en el que desde el
gobierno estatal a las mujeres se les invisibiliza, se les acosa, se les agrede
y, como vimos, se hace apología de la violencia feminicida de manera grotesca,
vil y vulgar.
Claro. En sentido
“figurado”, dice Cuitláhuac García.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter:
@yeyocontreras