El honesto
El honesto
Por Salvador Muñoz
Una persona que actúa con rectitud,
cumpliendo con el deber encomendado, respetuoso de su entorno social, con
transparencia y honradez, bien pudiera caber en ella el concepto de Honesta.
La Honestidad es una bandera que izó la
Cuarta Transformación con Morena y su pejedente, Andrés Manuel López Obrador…
“no somos iguales”.
La verdad es que enarbolar la
Honestidad como estandarte para cualquier otro partido como el PAN, PRI, PRD,
incluso PT y PVEM, hubiera sonado hasta un poco absurdo, contradictorio… por un
lado, por algunos hechos que han hecho de sus representantes, malhechores… por
otro, por esa percepción que asumimos cuando alguien llega al poder: es
inherente en la mayoría de los casos la relación que hacemos de Gobierno o
gobernante=corrupción.
Morena tenía dos ventajas: un partido
nuevo sin cola que le pisen y liderado por un político que hizo del gobierno,
el enemigo común de muchos mexicanos. Dentro del ámbito político y social, al
ser No Gobierno lo aleja de cualquier mácula de corrupción en eso que llamamos
percepción, además de estar ubicado como víctima del Sistema en el Poder…
recuerden el robo de elecciones y el voto por voto, casilla por casilla…
Hoy, Morena, la Cuarta Transformación y
López Obrador son Gobierno y mantienen la bandera de la honestidad, pero pasa
lo mismo que con los otros… “algunos hechos que han hecho sus representantes,
los hacen malhechores…” o como el político de la pizza… ¿se sabe esa historia?
A la puerta del hotel, la señora recibe
del Ubereat, la pizza. Da la propina y entra. Ya con el hambre encima, la mujer
abre la caja y se encuentra que ¡no hay pizza!
–¡Mi amor! ¡Mi amor! ¡No hay pizza!– le
dice con los ojos desorbitados y una enorme sonrisa en la cara…
–¿Cómo que no hay pizza!
–¡Mira!– le muestra la caja abierta y
entonces comprende esa cara de felicidad de la mujer… ¡la caja estaba repleta
de dinero! Al contarlo, tenía exactamente ¡200 mil pesos!
En ese momento suena el teléfono y lo
atiende el señor mientras la mujer se deleita la pupila con tanta lana junta…
pasan unos segundos y cuelga a la vez que le dice a la señora: “¡Vamos a
devolverlo inmediatamente!”, lo que hizo que su cara se transformara por la
estupefacción a la vez que le respondía que no, “mi vida, ¡con eso, podemos dar
el enganche para el depa! ¡O comprar el carro que me prometiste! ¡o irnos una
semana entera paseando por el Cuenqueño!”
(¡Qué! ¡Es mi historia y yo meto el
comercial que quiera… luego se lo facturo al Bola 8…)
La respuesta fue un “¡Nada! En mi
familia se nos inculcó el no mentir, no robar ni traicionar, ¡somos honestos!
¡Vamos inmediatamente a la Pizzería!”
Sin más, tomó la caja con la señora
atrás de él esperanzada en hacerlo cambiar de opinión durante el trayecto que
fue de ruegos, súplicas, promesas del “delicioso” como él quisiera, pero el
señor siempre salía diciendo que no, que era honrado y había que devolver el
dinero…
Llegan a la pizzería y pide hablar de
inmediato con el gerente que al identificarlo como la persona con la que habló
al teléfono, le dice: “¡Señor, ya iban las cámaras de televisión a su hotel
para entrevistarlo!”
–No me interesa salir en las noticias,
vengo a devolver el dinero ¡y que me den mi pizza!
–¿Pero sabe la cantidad de dinero que
quiere devolver?
–Sí…
–¿Y sabe por qué se lo estamos dando?
–Sí, ¡pero yo sólo quiero mi pizza!
–¿Y por qué devuelve el dinero, señor?
–En mi familia se nos inculcó el no
mentir, no robar ni traicionar, ¡somos honestos!
–Señor, entonces, ahora que vengan los
de la televisión, explique eso… cuéntelo a toda la gente…
El hombre, de reojo, vio que la señora
acaba de meterse al baño a refunfuñar su frustración y toma al gerente por las
solapas para murmurar entre dientes:
–¡Mire amigo! ¡No podían entrevistarme
en el Hotel, porque ahí no vivo! ¡No podía salir en la tele comprando una pizza
porque estoy en una junta de trabajo en mi oficina! ¡Y la mujer que está
conmigo no es mi esposa!
Al final, el señor salió con su pizza mientras
a su lado, la mujer estaba segura que caminaba al lado de un hombre honesto…
¡Bonito día!