Ars Scribendi

EL ITINERARIO DE UN ENTRENADOR

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ARS SCRIBENDI

Rafael Rojas Colorado

 

“Soler Club Corredores” es dirigido por la experiencia de Manuel Salvador Soler Cuevas, el conocimiento y la sabiduría deportiva la aplica con talento a sus alumnos, formándolos en la educación física y espiritual para que consigan sus metas personales y de equipo.

La historia de este singular entrenador se visualiza en un día del año de 1968, apenas once años de edad, al encender el televisor familiar, todavía en blanco y negro, aparece en la pantalla imágenes de una competencia atlética en las olimpiadas que se escenificaba en la ciudad de México. Algo sucedió en él que experimentó el deseo de emular a esos atletas que se disputaban una medalla. Cuando hacía algún mandado en la calle corría sobre las rayas, le parecía que se trataba de la pista olímpica. Pero la vida le presentó otra distracción, una bicicleta. Por esos años en los que finalizaba la década de los sesenta, admiraba al Alfonso “negro” Segovia, ciclista de buen nivel que había logrado consagrar su nombre en Coatepec y la región; Salvador lo tenía impreso en la mente y emularlo era su más codiciado sueño.

Cierto día al llegar de la escuela, con sorpresa descubrió en su hogar una hermosa bicicleta, se trata de un regalo de su padre que adquirió en el negocio del señor Miguel Soto. O tal vez un regalo de la vida que lo situaba en el camino del deporte a temprana edad. Salvador se subió a su máquina deportiva y comenzó a pedalear rumbo al túnel del amor y Mahixtlán, en su pensamiento fluían bellas emociones que fusionaba con el paisaje y llegar a participar en una carrea ciclista. Era esa edad en la que el tiempo no existe y cada día recorría calles y alrededores del pueblo, esparciendo sueños y anhelos que iban en busca de la adolescencia que empezaba a abrirle los brazos. Dejaba fugar ese deseo que emergía de lo más hondo de su ser, el de verse convertido en un verdadero deportista, apenas 13 años y ese llamado interno vencía todas sus limitaciones, impulsándolo a luchar en la vida con lo que se tiene.

En el despertar de la adolescencia se da su primera competencia ciclista en categoría turismo libre, Coatepec-Alborada-Coatepec, pedaleo cerca del puntero más de media carrera y por el puente del diablo se distanció del líder del primer pelotón, pero consiguió un sexto lugar, nada mal para ser su debut. El Negro Segovia lo felicito reconociendo su esfuerzo y estas palabras estimularon el alma del joven Salvador. La segunda prueba fue hasta la Estanzuela, salida y meta en Coatepec, consiguiendo el segundo lugar.

El señor Arnulfo Sánchez lo invitó a las pruebas con bicicleta sport y le tendió su apoyo, al notar las virtudes y cualidades del joven ciclista, así emprendió tan maravillosa aventura por varias ciudades del estado de Veracruz, Minatitlán, Poza Rica, Córdoba entre otras más. En el año de 1978 apoyado por el profesor Anastasio Silva, participa en los juegos estatales del sector campesino y gana la prueba contra reloj y el honor de representar a Veracruz en los Juegos nacionales. Dicho evento se realizó en el Autódromo de los hermanos Rodríguez en la ciudad de México, quedando con su equipo en cuarto lugar.

En ese mismo año Darío Mávil el vampiro lo invita a la práctica de la carrera de fondo. Salvador Soler analizó la situación económica y las mayores dificultades de transportar la bicicleta de un lugar hacia otro para competir y decide integrarse al atletismo, su primer entrenamiento lo hace con el vampiro y Fernando Córdoba en la montaña llamada las peladas, un nuevo camino se abre a sus pies. CONTINUARÁ.

 

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