EL MERCADO DE TODOS SANTOS EN COATEPEC
EL MERCADO DE TODOS SANTOS EN COATEPEC

A lo largo del mes
de octubre los habitantes de Coatepec, iban adquiriendo poco a poco los
ingredientes para elaborar aquellos alimentos que se ofrendan en el altar. Era
un gusto ver como hace 50 años, un domingo antes de la Festividad de Todos
Santos, el mercado se llenaba de productos que se movilizaban de los pueblos
«arribeños y abajeños».
A este día de plaza
le denominaba como el «mercado grande o domingo grande», así escuché
repetirlo a unas señoras ancianas que vivían en las calles aledañas al mercado
Miguel Rebolledo.
En ese «mercado
grande o domingo grande» se vendían grandes cantidades de loza proveniente
de San Miguel, Puebla, rejas de fruta, cucharas de madera, sillas y pequeños
trasteros de Ayahualulco. Las personas de mayor edad tenían la costumbre de que
en el altar se debía poner loza nueva con las ofrendas, y también el comprar
algunas sillas que se disponían cerca del altar para el descanso de las ánimas.
No podían faltar el
copal, una diversidad de chiles ya secos, maíz arribeño y abajeño, maíz negro,
las panelas y ceras pata el altar. Realmente era un deleite la diversidad de
mercancías y el ver a personas de diversos pueblos ya sea a vender o comprar.
Los rollos de hojas
de totomoxtle no podían faltar, así como el pipián recién cosechado y pelado,
tanto para los tamales como para las pepitorias que se colocaban como ofrenda
para las ánimas de los pequeños.
Hoy el mercado se
sigue llenando de mercancía pero quienes lo conocimos antaño, podemos comentar
que antes tenía un toque muy pintoresco propio del ámbito rural mexicano.