EL MÉXICO QUE QUEREMOS ES POSIBLE
EL MÉXICO QUE QUEREMOS ES POSIBLE
Pbro. José Manuel Suazo Reyes
Arquidiócesis de Xalapa
El próximo 6 de junio, más de 93 millones de mexicanos, tendremos la responsabilidad de elegir a
nuestros gobernantes y legisladores a quienes se les encomendará la noble tarea de poner en acción todas sus
aptitudes y conocimientos para ayudar
a que nuestro país tenga condiciones de progreso, favorezca el estado de derecho, en un ambiente de unidad y concordia, fortaleciendo sus instituciones y generando condiciones para que
todos sus habitantes tengamos mejores oportunidades para
vivir.
La fe cristiana contiene un conjunto de verdades que son
innegociables y que contribuyen para que la vida de todos sea tratada con dignidad, nos referimos al respeto de la vida de toda persona
desde la fecundación hasta su muerte natural;
el matrimonio natural como fundamento de la familia; la familia como célula básica de la sociedad y el valor de
la libertad humana para vivir y organizarse conforme a nuestras convicciones sea de forma individual o asociada.
Los escenarios que vivimos en nuestro país nos exigen hacer un discernimiento
responsable y serio que nos ayude a votar en conciencia de acuerdo a nuestros valores y convicciones, en forma libre, razonada e informada.
En este sentido el análisis de las “4 Ps” (Plataforma, Propuesta, Partido y Persona) le ayudarán para un
buen discernimiento. ¡En tiempos de carnaval hay muchos disfraces! Recuerde usted no basta la bondad, se necesita
también la competencia y la coherencia. La improvisación cuesta muy cara. ¡Cuidado con los banquetes
envenados! ¡Que nadie lo obligue, presione o condicione para ir a
votar por algún color! ¡Eso es
un delito y debe denunciarlo!
No se deje engañar por las ayudas que le durarán una semana
o un mes pero le robarán sus
libertades y sus valores. No venda su voto ni su conciencia. No haga más pobre a México. Las palabras del profeta Amós tienen mucha actualidad
“compran por dinero a los débiles y al pobre por un par de sandalias” (Cfr. Am 8, 6).
Para este proceso electoral, el más importante de nuestra
historia, queremos invitar a todas las personas a:
– Respetar la
voluntad popular. Las elecciones se ganan con votos y el pueblo tiene derecho a escoger libremente a sus gobernantes y legisladores. Ojalá
se repete la división de poderes y no se usen las estructuras de poder para intimidar, presionar o manipular a los
actores sociales.
– Votar en forma
cívica y ordenada. Entre más personas participemos organizadamente en las elecciones, mayores
posibilidades habrá de que nuestra
sociedad madure y sea corresponsable en la gestión del bien común. Votar
es un derecho y una obligación.
– Orar en forma individual o comunitaria. Es necesario que oremos para que la jornada electoral del 6 de
junio se realice en paz y armonía; para
que con nuestra votación, motivados por la fe mostremos nuestro compromiso con México. Las votaciones del
próximo 6 de junio son una oportunidad
de oro, no la dejemos pasar. Nuestro país lo merece y lo necesita.
– Buscar
el “bien posible. En contextos complejos e imperfectos
como el que estamos viviendo debe
imperar la búsqueda del “bien posible” que aunque
modesto, todos estamos obligados a procurar. Hacer el “bien posible” significa impulsar lo que aporte
al bien común, a la paz, a la seguridad,
a la justicia, al estado de derecho, al respeto a los derechos humanos, al desarrollo humano integral y a
la solidaridad real con los más pobres y excluidos. No confunda la bondad con la conveniencia.
Debemos mantener la esperanza y el optimismo. La noche obscura que estamos
viviendo no puede ser eterna. El México que queremos es posible, pero debemos construirlo entre todos, por eso es fundamental nuestra participación. Con nuestro voto informado, libre y discernido lo podemos lograr.