“EL MIEDO BLOQUEA, PARALIZA Y AÍSLA”: PAPA FRANCISCO
“EL MIEDO BLOQUEA, PARALIZA Y AÍSLA”: PAPA FRANCISCO
Este mediodía durante el Regina Caeli, tras celebrar la
Santa Misa en la Fiesta de Pentecostés, el Papa Francisco ha reflexionado a
cerca de la cerrazón del corazón. Para ello ha recordado lo que dice el
Evangelio hodierno según Juan, que relata cuando los apóstoles se habían
refugiado después de la muerte de Jesús en el Cenáculo llenos de miedo y
angustia. El Resucitado, en la tarde de Pascua, se presenta diciendo: «Recibid
el Espíritu Santo». Así – asegura el Papa – “con el don del Espíritu, Jesús
quiere liberar a los discípulos del miedo que los mantiene encerrados en sus
casas, para que puedan salir y convertirse en testigos y anunciadores del
Evangelio”. Los discípulos, tras la muerte de Jesús, tenían los sueños hechos
añicos, sus esperanzas se habían desvanecido, y se habían encerrado en sí
mismos, continúa el Papa.
¿Cuántas veces nos encerramos en nosotros mismos?
El Papa Francisco asegura que, al igual que los apóstoles, a
veces por alguna situación difícil, por algún problema personal o familiar, por
el sufrimiento que nos marca o por el mal que respiramos a nuestro alrededor,
“caemos poco a poco en la pérdida de la esperanza y nos falta el valor para
seguir adelante, encerramos en nosotros mismos, atrincherándonos en el
laberinto de las preocupaciones”. Por ello, hoy el Papa explica que “este
encerrarnos en nosotros mismos sucede cuando, en las situaciones más difíciles,
permitimos que el miedo tome el control y haga su «gran voz» dentro de
nosotros”. La causa, entonces, es el miedo: miedo a no ser capaz de hacer
frente, a estar solo para afrontar las batallas cotidianas, a correr riesgos y
luego decepcionarse, a tomar decisiones equivocadas”.
El miedo bloquea, paraliza y aísla
“El miedo bloquea, paraliza. Y aísla” ha dicho el Papa, para
después invitar a los fieles presentes en la plaza de San Pedro a “pensar en el
miedo al otro, al extranjero, al diferente, al que piensa distinto”. “E incluso
– dice – puede haber miedo a Dios: que me castigue, que se enfade conmigo”.
Antes esto, el Santo Padre recuerda que “si damos espacio a estos falsos
miedos, se cierran las puertas: las del corazón, las de la sociedad, e incluso
las puertas de la Iglesia”.
El remedio ante el miedo es el Espíritu Santo
Al final de su reflexión, el Papa ha citado el remedio ante
el miedo que podemos encontrar en el Evangelio: el Espíritu Santo. “Él libera
de las prisiones del miedo. Al recibir el Espíritu, los apóstoles -hoy lo
celebramos- abandonan el cenáculo y salen al mundo para perdonar los pecados y
proclamar la buena nueva. Gracias a Él, se vencen los miedos y se abren las
puertas. Porque esto es lo que hace el Espíritu: nos hace sentir la cercanía de
Dios y así su amor echa fuera el miedo, ilumina el camino, consuela, sostiene
en la adversidad”.