El Molino de Chabela
EL MOLINO DE CHABELA
CRÓNICA
COATEPECANA
Dr. Jesús J. Bonilla Palmeros
(Primera parte)
Los
molinos de nixtamal desempeñaron un papel importante en el desarrollo comercial
del siglo XX y su auge se enlaza al desarrollo de otras actividades en materia
económica a nivel regional. El primer molino de nixtamal se estableció en
Coatepec hacia el año de 1901 en la calle de Cuauhtémoc, frente al restaurant
Casa Bonilla, y formaba parte de una cadena de establecimientos propiedad de la
Unión de Molineras de la región Xalapa, Coatepec, Xico y Teocelo.
El
trabajo en los molinos muy pronto alcanzó gran popularidad, debido a que
facilitaba el procesamiento del nixtamal por parte de las amas de casa, quienes
en aquel entonces debían de preparar los bastimentos que se transportaban a las
fincas de café, sobre todo si tomamos en cuenta que el grueso de la población
se dedicaba a las labores agrícolas.
Relataba
doña Isabel Bravo Martínez, que entró a trabajar en el único molino de aquel
entonces hacía el año de 1905 y su primera tarea fue la de recoger la masa que
caía en la batea, actividad desempeñada durante poco tiempo, debido a que la
molinera se enfermó y no le quedó de otra que ocupar su lugar. Años después por
su constancia en el trabajo se le admitió como socia en la Unión de Molineras,
situación que le permitió mejorar sus percepciones económicas.
El
éxito alcanzado en el servicio de molienda, fue determinante para que desde las
seis de la tarde se empezara a recibir la denominada “velada”, término
utilizado para referirse a los recipientes llenos de nixtamal que primero se
molerían al inicio de las actividades, y que en aquel entonces comenzaban
labores a las dos de la madrugada porque la gente llegaba muy temprano por su
masa, a fin de tener tiempo suficiente en la preparación de los bastimentos y
movilizarse a los campos de cultivo.
Un
rasgo peculiar de los molinos de aquel entonces, era el de moler lentamente el
nixtamal, razón por la que tenían tiempo suficiente los clientes para comentar
y enterarse de las noticias cotidianas, y sobre todo de alguno que otro chisme,
situación que derivó en la expresión “No fui al molino” frase referida por
quien no quiere ser tildado de chismoso o lo involucren en algo que no le
consta.
La
lentitud en la molienda también originó la práctica denominada “molida doble”,
misma que consistía en solicitar a la empleada moliera determinada cubeta de
nixtamal antes de las que le precedían e implicaba pagar el doble del costo de
la molienda, situación que no siempre era del agrado de quienes se encontraban
en espera de que les tocara su turno.
Continuará…
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