El nuevo fiel de la balanza
Rúbrica
El nuevo fiel de la balanza
Por Aurelio Contreras Moreno
A pocos días de que
asuma funciones la nueva Cámara de Diputados y en medio del creciente
hostigamiento del régimen de la autoproclamada “cuarta transformación”, el
Instituto Nacional Electoral (INE) determinó la conformación de este cuerpo
legislativo al asignar las curules de representación proporcional y dar
prácticamente por concluida la elección federal intermedia.
De esta manera, Morena
contará con 198 diputaciones, 122 de mayoría relativa y 76 de representación
proporcional; de sus aliados, el Partido del Trabajo tendrá 37 curules, 30
de mayoría relativa y siete de plurinominales, mientras que el Partido Verde
obtendrá una bancada de 43 diputados, 31 de mayoría y 12 plurinominales.
En total, los
diputados afines a la llamada “4t” serán 278, número que les alcanza para
aprobar el Presupuesto de Egresos de la Federación, pero que es insuficiente
para realizar reformas que impliquen cambios constitucionales, como la que
pretende el presidente Andrés Manuel López Obrador para apoderarse y desbaratar
los organismos electorales. Adicionalmente, la suerte de Morena dependerá de
ambos partidos, que han demostrado su vocación por el chantaje y el doblez en
varias ocasiones.
Por su parte, la
llamada “alianza opositora” en la Cámara de Diputados tendrá en total 199
legisladores, distribuidos de esta manera: Acción Nacional 114 escaños (73
de mayoría relativa y 41 de representación proporcional); el PRI, 70 curules (30
de mayoría y 40 plurinominales); y el PRD 15 diputaciones (siete de mayoría y
ocho de representación proporcional).
En este escenario,
la bancada que se convierte en el fiel de la balanza y desde ahora eleva su
valor político es la de Movimiento Ciudadano, el partido del ex gobernador
veracruzano Dante Delgado Rannauro, cuyas lealtades y proceder nunca es algo
que se pueda dar por sentado.
Movimiento Ciudadano
fue uno de los grandes ganadores de las elecciones de 2021. Tendrá 23
diputaciones federales (siete de mayoría relativa y 16 de representación proporcional)
que se ganó sin alianza electoral de por medio -razón por la cual no tiene
compromisos de coalición-, así como presidencias municipales importantes como
la de Monterrey y la “joya de la corona”, que es la gubernatura del estado más
próspero del país, Nuevo León.
El rol que el
partido naranja decida jugar en el Congreso de la Unión determinará, ni más ni
menos, el futuro inmediato del país. Sus votos serán los que definan hacia dónde
transitarán las instituciones: si hacia la restauración del régimen hegemónico
y autoritario, o en camino de la recuperación de los contrapesos y de la
política como instrumento de acuerdos en lugar de imposiciones.
O dicho de otra
manera. Si Movimiento Ciudadano vota junto con el resto del bloque opositor,
éste alcanzaría los 222 votos, con lo que frenaría las ansias del
lopezobradorismo por concentrar un poder absoluto en sus manos. Pero si lo hace
con el bloque oficialista, abrirá el paso a un retroceso de por lo menos 40
años en materia de competencia electoral, división de poderes, rendición de
cuentas y transparencia. De ese tamaño es la importancia que adquirió. Y
también la responsabilidad que conlleva.
El gran problema es
que Movimiento Ciudadano suele ser una veleta. Arma y desarma alianzas con
singular facilidad. Y la pugna por el poder al interior del partido entre
dantistas y alfaristas ya dio una señal de alerta durante la votación en la
Comisión Permanente del Congreso para la convocatoria a un periodo
extraordinario del Senado, misma que busca el lopezobradorismo para aprobar la
Ley de Revocación de Mandato.
A punto estuvo
Movimiento Ciudadano de validar el nuevo circo presidencial gracias a la
inasistencia de dos legisladoras ligadas al gobernador de Jalisco Enrique
Alfaro, a quien muy poco le duraron los “espolones” opositores a la “4t”.
Por lo pronto,
Movimiento Ciudadano se convirtió en el alma de la fiesta. Veremos si no
termina ahogado en sus contradicciones y ambiciones.
Ridículo tras ridículo
Si lo que quería el
gobierno de Veracruz con el encarcelamiento del ex secretario de Gobierno y ex
dirigente estatal perredista Rogelio Franco era evitar que fuera diputado
federal, volvió a quedar en ridículo: el INE ya le otorgó su constancia como
legislador electo.
Cualquier otra
maniobra que hagan en su contra abonará en la ignominia del régimen. Aunque
parece que ya disfrutan revolcarse en sus cochineros.
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@yeyocontreras