El PAN, apéndice de Yunes Linares y tapete de Morena
El PAN, apéndice de Yunes Linares y tapete de Morena
Por Edgar Hernández*
Poco se ha dicho de la acción fraudulenta que
le permitió a Joaquín Guzmán –malamente motejado como “El Chapito”- robarse la
dirigencia del Partido Acción Nacional para que en ese arrebato solo heredara
el inmueble y a sus traidores.
Luego de alcanzar en PAN en la última
elección, en el 2018, poco más de 1.5 millones de votos, en 2021 difícilmente
podrá ganar una bancada legislativa mayoritaria o un caudal municipal de
importancia, en disputa el año próximo, que le permita sentar las bases de una
real pelea por la gubernatura en el 2024.
En el mejor de los escenarios de una eventual
alianza con el PRI y el PRD complicado remontar a los morenos cuyo aliado
sustancial es Miguel Angel Yunes, quien en aras del perdón del “viejo guango”
-tal como motejó a López Obrador, Yunes hijo- le ha puesto en charola de plata
al PAN veracruzano.
Eso en el mejor escenario, ya que en el peor
el PRI va a vender caro su amor y en los hechos, la realidad muestra que la
compra del voto le va a ser imposible dada la reducción del 50% de sus
prerrogativas tras las Reforma Electoral recién aprobada y elevada a rango
constitucional, lo cual empobrece al PAN.
El problema de origen, como es del dominio
público, se suscita tras la derrota del Yunismo, cuando la rapiña encabezada
por el entonces más cercano al ex gobernador Yunes Linares, el “Chapito”,
Joaquín Rosendo Guzmán Aviles, le da la espalda llevándose a colaboradores de
media cuchara de Pepe Mancha como Omar Miranda, para consumar el albazo en la
elección de la nueva dirigencia panista.
Así el 8 de septiembre, a golpes y robo de
urnas, Joaquín Guzmán se unge como rey de los tres panistas que se quedaron a
apagar la luz.
La votación controlada y comprada desde
Tantoyuca sería definitiva en el triunfo de Guzmán Avilés quien obtuvo un total
de 9 mil 886 votos a favor, todo en medio de una localizada violencia suscitada
desde Xalapa al quedar al descubierta la compra de sufragios.
Así llega al poder, un poder desmantelado, un
poder con una punta de lanza para Yunes Linares desde el Congreso donde el
panismo no acata otra orden que no sea la de su patrón que no es la del
“chapito”, quien a pesar de la imposición de Omar Miranda como jefe de la
bancada, nadie lo pela y su autoridad, ausencia de personalidad y liderazgo son
objeto de mofa.
Salvo Julen Rementería, un ambicioso de poder
que busca la candidatura de ese partido para la gubernatura, pocos voltean a
ver a un PAN desinflado encabezado por el cacique mayor de Tantoyuca, Joaquín
Guzmán Avilés.
La cereza del pastel de este descrédito azul
se da el pasado fin de semana en donde la bancada panista da la espalda a su
partido al entregar sus votos para la elección de seis despanzurrados y
desacreditados magistrados impuestos por el dedazo de Cuitláhuac García.
La instrucción de Yunes Linares a los
diputados Sergio Hernández, María Graciela Hernández, Juan Manuel de Unanue
Abascal, María Josefina Gamboa, María de Jesús Martínez Díaz, Montserrat Ortega
Ruiz y Ricardo Serna Baraja fueron claras, apoyar a Morena.
Es el respaldo a Cuitláhuac García que en el
fondo representa la congratulación con AMLO quien el pasado 14 de julio levantó
su dedo para definir:
“Nosotros no hemos presentado ninguna
denuncia contra Miguel Angel Yunes Linares”, declaró el presidente López
Obrador en su mañanera al mandar al carajo la “Carpeta Azul” que de manera
personal llevó a la PGR, hoy Fiscalía General de la Federación, el 17 de abril
del 2017, luego de la cascada de insultos que le endilgó en entonces
gobernante, quien señaló además que el “Peje recibía cinco millones de pesos
mensuales” del gobierno estatal.
Hoy el silencio vale oro, mientras el voto es
el perdón y olvido.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo