EL PLAGIO DE LA MINISTRA
EL PLAGIO DE LA MINISTRA
· La justificación del Rector de la UNAM
para no sancionarla
· Por dignidad y vergüenza debería de
renunciar la ministra
· Lo que está ocurriendo también en la
Universidad Veracruzana
Por Miguel Ángel Cristiani González
Se entiende que el rector de la UNAM, Enrique Graue
Wiechers, argumente que no se tiene el marco legal para poder anular el título
de licenciada en Derecho de la ministra de la Suprema Corte de Justicia Yasmín
Esquivel, pero si ya se estableció que se trató de un plagio, entonces
seguramente que hay algún artificio legal mas allá de lo establecido en las
normas, para poder retirar el título a la que se supone es una impartidora de
justicia a nivel nacional.
Ya quedó claro que la ministra no va a renunciar, como
debiera ser por dignidad y vergüenza pública.
El Rector de la UNAM expresó que “Todas y todos conocen el
Dictamen Técnico del Comité de Integridad Académica y Científica de la Facultad
de Estudios Superiores Aragón —publicado el 11 de enero de este año—, el cual,
después de un meticuloso cotejo de los textos en cuestión y del análisis de la
documentación aportada por las personas involucradas, concluyó que existe una
copia sustancial en la tesis que presentó en 1987, como parte integral de los
requisitos para su recepción profesional y expedición del título
correspondiente, la entonces alumna de esa entidad académica, Yasmín Esquivel
Mossa.
La falta de integridad académica que representa lo anterior
no solo es inadmisible, sino que ha lastimado severamente a la UNAM y a las
decenas de miles de estudiantes, académicos, tutores de tesis y egresados que
empeñan y han empeñado un inmenso esfuerzo en cumplir a cabalidad, con ética y
rigor académico, con este requisito.
Pues resulta interesante el hecho, de que la propia UNAM
publicó hace ya varios años, un estudio sobre el tema del plagio.
El documento fue elaborado por: Rosa Beltrán, Guillermo
Estrada Adán, José Francisco Valdés Galicia, Domingo Alberto Vital Díaz y Frida
Zacaula Sampieri.
En el estudio los investigadores explican que el plagio de
una tesis no es cosa menor; es una conducta reprobable, una usurpación de ideas
y talentos. Es un acto que pone en entredicho la ética y la moral de quien lo
comete, y ofende a quienes se esmeran en cumplir con este requisito académico.
Según el Diccionario de la lengua española de la Real
Academia Española (2014), plagiar se define como «copiar en lo sustancial
obras ajenas, dándolas como propias». Se come te plagio cuando alguien,
distinto a su autor, divulga, publica o reproduce una obra o parte de ella y la
presenta como propia. Este acto puede ser de liberado o involuntario. Sin
embargo, en ambos casos constituye una acción fraudulenta que atenta contra el autor
intelectual de una obra determinada y contra la institución o empresa dueña de
la propiedad intelectual correspondiente, a quienes se les niega el derecho
patrimonial y/o moral adquirido.
Facilitar el acceso a la información acarrea la
responsabilidad de preservarla y dar reconocimiento a quien La produce. No es
legítimo presentar datos, ideas, conceptos o frases, como si fuesen propios. El
derecho de autor se fundamenta, de manera profunda, en el resguardo que la
comunidad hace de las obras que han enriquecido la cultura.
Dar crédito al autor cuyas palabras han sido retomadas es
muestra de un ético proceder. El reconocimiento autoral, sin embargo, involucra
no solo al discurso escrito, sino que se extiende al mundo textual.
Es cierto que el capital cultural depositado en bibliotecas,
archivos o en la red es patrimonio de la comunidad. También es un hecho
incontestable que, en el ámbito escolar, el acceso a la información no solo sea
admisible sino hasta recomen dable porque el quehacer intelectual se nutre de
los discursos que conforman el conocimiento. Sin embargo, el empleo de las
fuentes consultadas ha de estar marcado por la propiedad del usuario. Es
necesario encontrar las vías de incorporación de lo que en términos de
pensamiento y de discursos se ha producido sin incurrir en su uso poco
honorable.
Además de la copia de frases, párrafos, fragmentos mayores o
la totalidad del texto, como plagio también se identifican otras prácticas, que
pueden resumirse en las siguientes (Soto, 2012):
· Falsa autoría: se incluye el nombre de una
persona como el autor de un artículo sin que esta haya contribuido para la
realización del mismo.
· Copiar y pegar. Se copia un texto de una
fuente incluyendo lo en un trabajo propio, sin citarlo adecuadamente.
· Referencia falsa: se anota la referencia
de un texto que no corresponde a la fuente original.
· Robo de ideas: se presenta como propia la
idea de otra persona.
Respecto al tema del plagio de trabajos de investigación,
resulta interesante acá en el terruño veracruzano, lo que acontece en nuestra
Máxima Casa de Estudios, pero como diría la Nana Goya, esa es otra historia,
que habrá que comentar también.
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