El presupuesto debe ser más que asistencia pública
DESDE EL CONGRESO
El presupuesto debe ser más que asistencia pública
Pepe Yunes
El
análisis del paquete económico para el ejercicio fiscal 2022 ocupará el debate
legislativo durante las próximas semanas. Para el día 15 de noviembre
conoceremos las condiciones tributarias que regirán las actividades
empresariales en el país y también el contenido y el destino del gasto público.
El
Presupuesto de Egresos de la Federación es un instrumento de política económica
que debe cumplir con más de un objetivo. Generar una red de protección social,
centrada en una política asistencial, debe ser una de esas metas, por cierto,
importante en sí misma, toda vez que suaviza los efectos de la pobreza y la
desigualdad que lastiman el día a día de cerca de la mitad de la población. Por
eso, respaldaremos el aumento de 106 mil millones de pesos propuesto para
programas asociados a los jóvenes, los adultos mayores y los campesinos con
trabajos de reforestación. Sin embargo, para superar los escenarios de pobreza
se necesita generar empleos bien remunerados y mantener un entorno de
estabilidad macroeconómica. No existe otro camino. Nunca se resolverán estos
males con la sola aplicación de programas sociales.
En consecuencia, el presupuesto debe ser mucho más
que sólo asistencia pública. Debe ser palanca de crecimiento económico, motor
de desarrollo regional y estímulo permanente para el aparato productivo del
país que, por cierto, durante los últimos años se encuentra preocupantemente
abandonado.
Con asombro notamos que la propuesta presupuestal
presentada por el gobierno federal distribuye, discrecionalmente, entre las
entidades federativas, las acciones en materia de infraestructura carretera.
Mientras que a Veracruz, un estado con enormes carencias en vías de
comunicación, le presupuestan alrededor de 550 millones de pesos por concepto
de construcción y conservación de carreteras, de vías alimentadoras y de
caminos rurales, a los estados de Hidalgo y Oaxaca, muy merecidamente les
aumentan, en forma importante, su asignación para esos rubros, en mil 630
millones de pesos para el primero y 4 mil 420 para el segundo. Cabe notar, si
se quiere sólo como casualidad andante, que en Veracruz no habrá elecciones el
próximo año, pero sí las habrá en los estados ya citados. Esa discrecionalidad
en el uso presupuestal atenta contra las posibilidades de desarrollo de las
distintas regiones que integran el país y abre más la brecha con respecto a su
dinamismo económico.
La propuesta de presupuesto recibida en la Cámara
de Diputados presenta aumento en prácticamente las partidas de todas las
secretarías de estado, pero con una notable desaceleración en el incremento,
para las dependencias encargadas del desarrollo agropecuario y del desarrollo
económico. Para un estado como Veracruz, con una profunda vocación productiva
vinculada a las actividades agroindustriales, lo anterior no son buenas
noticias.
No hay recursos públicos previstos en el
presupuesto para acompañar las tareas agrícolas, ya sea en insumos como
fertilizantes y semillas mejoradas, en garantías para seguros catastróficos, en
subsidios para combustibles, en apoyos para comercialización o sanidad. No hay
recursos públicos tendientes a motivar productivamente al campo nacional.
Dicha visión será el filtro con el que analizaré el
paquete en conjunto, alentando las políticas que considere adecuadas pero
señalando las que, como en estos casos, necesitan ser revisadas y modificadas.
Les informaré puntualmente los avances.
jose.yunes@gmail.com