El Regional 48 Años
Mary Paz Monzón, Héctor Larios
Lilia Díaz & Tania Hernández
El próximo lunes 7 de septiembre el Regional celebra 48 años de publicarse todos los sábados interrumpidamente. Ha pasado casi medio siglo desde que el profesor Rubén Monzón Polanco inició la aventura de brindar un espacio de comunicación a la ciudadanía de Coatepec y la región. Junto con su amigo de siempre Enrique Vega Quiroz “Chamaquis”, escribieron la vida social y política de la región.
En sus páginas han dejado huella colaboradores de todos los estilos que han descrito a su manera el crecimiento del municipio, costumbres, tradiciones, fiestas y acontecer político. También han desfilado personajes con diferentes ideologías y filiaciones políticas. Opiniones variadas que le dan pluralidad y enriquecen la visión de la realidad, donde el respeto es criterio para publicar opiniones polémicas, posiciones políticas, etc. A lo largo de estos años su semanario ha sido testigo de la transformación tecnológica en el quehacer periodístico. De la vieja máquina de escribir Remington, al telex, fax, computadoras, de los procesadores de palabras que con apenas 20 años de vida hoy están descontinuados por los reconocedores de voz, memorias usb, bluetooth, redes sociales, entre otros.
Los cambios tecnológicos impactaron en las formas de reportear, la velocidad con la que viaja la información de un hecho cotidiano que sucede en la comunidad y una persona en tiempo real lo comparte en las redes sociales. Es algo increíble el avance tecnológico. Pero los efectos que muchas veces provoca un hecho social que se distorsiona la realidad, incluso moviliza alarmantemente a buena parte de la población.
Un ejemplo ¿recuerda usted la llegada de la fuerza civil a Coatepec? El caos causado por la desinformación, personas corriendo por las calles, padres sacando a sus hijos de las escuelas, rumores y más rumores. Comentarios que carecen de objetividad ofrece un ángulo limitado de verdad, realidad distorsionada. Posiblemente sin malicia con la intención de compartir un hecho en tiempo real, jugando al reportero. Pero la vorágine de las redes sociales no da tiempo para la reflexión se multiplica como una cadena de opiniones y reacciones hasta distorsionar el hecho.
Otra cara de la moneda es el mal uso de las redes sociales para difundir rumores que esconden otros intereses para perjudicar personas, funcionarios, desatando una ola de violencia simbólica, ofensas que van más allá de la burla escondidas bajo la máscara del anonimato.
A lo largo de estos años hemos sido testigos de la desaparición paulatina del valor civil, aquel que aprendimos gracias a nuestros padres y algunos maestros que nos enseñaron a decir la verdad, a defenderla, a denunciar los abusos, la tranza, la corrupción, el engaño y todas esas chuladas que nos denigran como nación.
Porque “la mula no era arisca, la hicieron”, dice el refrán popular. El temor a las represalias, al que dirán son algunos de los cuestionamientos que se hace un periodista a diario. La historia de El Regional conoce de envidias, desperfectos mecánicos, justo días después de alguna publicación de colaboradores, amenazas, correos intimidantes, bloqueos de pagos y para que le sigo contando…
El periódico tradicional El Regional continuará trabajando para mantenerse en la preferencia de los lectores. Los medios impresos tienden a desaparecer. Nuestros esfuerzos están orientados a tomar el pulso de Coatepec, conocer las nuevas generaciones, sus demandas, necesidades, impulsar el desarrollo integral del campo, turismo, cultura, arte, deporte y todas aquellas manifestaciones del espíritu humano que florecen en la tierra del café.
Celebramos el esfuerzo y dedicación a su pasión, el periodismo del Profesor Rubén Monzón ejemplo de cariño a su tierra y a su gente. Gracias por mostrarnos este oficio de comunicar con el poder de la verdad. Gracias a los compañeros y colaboradores que a través de casi medio siglo han hecho posible que esta aventura continúe con su misión original de dar voz a la sociedad Coatepecana para el bienestar y actualmente recuperar la tranquilidad, paz y el orden necesario para una convivencia armónica.
