EL REGRESO DE LOS IMPRESENTABLES
EL REGRESO DE LOS IMPRESENTABLES
No
habíamos terminado de digerir el pavo y la rosca de Reyes –pese al elevado
número de hogares monoparentales en donde los regalos los hacen las madres que
son unas auténticas reinas– cuando comenzó el desfile de quienes levantaban la
mano para participar en las convocatorias internas de los partidos políticos
para registrar su aspiración de ser considerados o consideradas para la
precandidatura de las presidencias municipales que habrán de elegirse el
próximo 1 de junio en el estado de Veracruz.
Oficialmente, el pasado 7 de noviembre quedó instalado el Consejo
General del OPLE Veracruz y con ello se dio por iniciado el proceso para la
renovación de las alcaldías en los 212 municipios con que cuenta la entidad
veracruzana, en donde además de las presidencias municipales, serán renovadas
el mismo número de sindicaturas y 630 regidurías.
El calendario electoral señala que el 5 de enero dio inicio el
proceso interno de selección de aspirantes a una candidatura, mismo que
concluirá el próximo 14 de marzo y de acuerdo con la Ley, cada instituto
político tiene el derecho de determinar cuando inicia su proceso interno y
cuando registra aspirantes para las precandidaturas.
De acuerdo con esto, fue Morena el primero en establecer su
mecanismo de selección que será la encuesta y por tanto, en dar por iniciado el
registro de los nombres de quienes aspiran a ser tomados en cuenta por el hoy
partido oficial, que repite la forma de elegir con un método que les permite
legitimar decisiones que siguen siendo cupulares. Y ahí es cuando la pasarela,
en algunos casos del horror, comenzó.
Hay que decir que el calendario electoral contempla que el proceso
interno de selección de candidaturas concluirá el 14 de marzo, por lo que en
los próximos días el resto de los partidos hará lo propio y veremos ahí también
el desfile de nombres de personajes en algunos casos de mala fama pública,
quienes es dudoso que cumplan con el requisito legal de tener un modo honesto
de vivir.
Lo cierto es que aunque ni el OPLE ni el INE están obligados a
publicar las listas de aspirantes registrados, las y los inscritos hasta ahora
ya se encargaron de consignar su decisión de participar mediante sus propias
redes sociales, en donde muy sonrientes aparecían portando el documento que así
lo acreditaba.
En algunos casos esos registros eran ya esperados, porque la
persona venía trabajando con la población que aspiran a gobernar en actividades
que ellos y ellas mismas se encargaron de difundir desde tiempo atrás; pero en
otros, el registro fue una verdadera sorpresa, tanto por tratarse de personas
que incluso el año anterior ocuparon una candidatura postulados por otro
partido, desde donde hicieron fuertes críticas a la forma de ejercer el poder
en el partido guinda y hoy, sin empacho aspiran que les abandere; y en otros
casos, porque son personas que tendrían que estar respondiendo ante la justicia
por sus delitos cometidos y no aspirando a una postulación desde la cual cobijarse
para evadir la responsabilidad de sus actos.
Son estos últimos sujetos unos verdaderos impresentables a los que
bajo ninguna circunstancia debería habérseles recibido sus documentos y que
desde luego, no tendrían que ser postulados por ningún partido. De entre ellos
hay varios que han sido denunciados por distintos delitos, algunos por
violencia política, otros por violencia digital, algunos más por violencia
familiar y también los hay con señalamientos de acoso sexual y hasta de mal uso
de recursos públicos y un mal desempeño público.
En todo caso, no son sujetos confiables, por lo que deberían ser
los propios partidos los que actuaran en congruencia y se reservaran el derecho
de admitirles, por una ética que claramente no se exige ni se defiende. Al
respecto hay que decir que varios de estos sujetos sobre los que pesan
denuncias por violencia, aún no han sido sentenciados, y aunque la ley
contempla la presunción de inocencia, postularles aun habiendo evidencia y
fundamento, es meterse un balazo en el pie, porque ni los partidos que les
respaldan tienen garantía alguna de que les beneficiará prestarles sus siglas
para postularse y más bien, se hundirán con el lodo que les salpique por
hacerlo.
Vaya, que hasta por darle valor a su marca partidista deberían de
apreciar el hecho de no permitirles a estos violentadores, acosadores y
corruptos personajes, ostentarse bajo sus siglas para aspirar a nada.
Pero claro, si ya hasta el más impresentable de todos, que es
Félix Salgado Macedonio, anunció su intención de contender por la gubernatura
de Guerrero, ¿qué podemos esperar con los caciques y líderes locales, que pagan
alto el precio de sus candidaturas?
Ante esto, no queda más que exigir a los partidos no postular
impresentables. Darles poder a los violentadores solo hará que crezca la ya
enorme bola de nieve de una pandemia que parece ya casi imposible frenar; y
pedirle a las autoridades electorales que apliquen estrictamente la 8 de 8 que
contempla que ningún candidato haya incurrido en la comisión intencional de
delitos contra la vida y la integridad corporal; contra la libertad y seguridad
sexuales; que su conducta no haya afectado el normal desarrollo psicosexual;
que no haya incurrido en violencia familiar, violencia doméstica, violación a
la intimidad sexual, violencia política; y que no haya sido declarada como
persona deudora alimentaria morosa.
Claro, como ciudadanía la decisión es nuestra para no votar por
ninguno de estos sujetos, cuyo lugar no es un cargo de representación popular.
A mí, por lo pronto, ningún violentador me representa.