Especial

EL SEÑOR DE LOS MILAGROS

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                El volcán de Parangaricutirimícuaro se quiere desparangaricutirimicuarizar y el que lo desparangaricutirimicuarizare será un buen desparangaricutimicuarizador. Esta es la voz popular que surgió a la erupción del volcán Paricutín, aquella tarde del sábado 20 de febrero de 1943, misma fecha cuando en la Segunda Guerra, el alemán Erwin Rommel, en Túnez, le daba sus “ingadazos” al ejército gringo.
                En Paricutín, Michoacán, un campirano que se llamaba Nicho y se apellidaba Pulido, al estar en su parcela, pudo contar el fenomenal fenómeno del que fue testigo:
Pasadito del medio día, atizando la lumbre, colocando el comal, calentando el bastimento y presto a yantar, un rugir de la tierra, una sacudida de árboles y una hendidura en el suelo, arrojando espeso humo y ceniza, llamaron su atención. Al cundirse el ambiente de un fuerte olor a huevo podrido, seguido de un estentóreo chiflido, Nicho pensó que se acercaba el fin del mundo.
                Con la encomienda al SEÑOR DE LOS MILAGROS, reunió su yunta para llevarla al hontanar a que tomara agua; todo temeroso, vio que al venero se lo había tragado la tierra. Nicho sí tuvo tiempo de montar a su caballo y a todo galope regresó a su casa en Paricutín, para proteger a su mujer y a sus chilpayates y alertar a la población de que estaba llegando el apocalipsis.
                 Efectivamente, a los pocos días, aparecieron lenguas de fuego con un violento y repentino montículo que emanaba de lo parejito, vomitando arroyos encendidos. Los días oscuros, las lluvias de piedra y más que nada el temor, hicieron que la gente evacuara sus hogares pues era imposible vivir en las cercanías debido que la ceniza les invadió el alma.
               Al pueblo de Paricutín lo desapareció completamente la erupción del volcán; la lava perdonó a las torres de la iglesia del pueblo vecino San Juan Parangaricutiro, dando chance a los habitantes de rescatar la imagen del señor de los Milagros que hoy se exhibe en el Nuevo San Juan.  La sugerencia es que visiten las ruinas de San Juan Parangaricutiro y expliquen porqué la lava no invadió el altar de la iglesia, salvando al SEÑOR DE LOS MILAGROS.
                Amigos, nos leeremos el próximo lunes, tengan buen fin de semana. Mañana sábado “tras tres tragos y otros tres, hasta llegar a treinta y tres y otros tres tragos, trago y trago son estragos y tres un entremés”. ¿Qué dijo?… Que mañana es día de botana.
                ¡Ánimo ingao…!
                Con el respeto de siempre Julio contreras Díaz
                El DJ se trasladó a Michoacán a ver el milagro, pero les dejó esto. Dice que les va a gustar.
                 http://youtu.be/kC6F5iU_z7s

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