EL SENTIDO DE MI VOTO
Pepe Yunes*
Durante la sesión del domingo 18 de abril del
presente año el Pleno de la LXV Legislatura en la Cámara de Diputados abordó el
dictamen con motivo de la iniciativa de reforma a diversos artículos de la Constitución,
denominándola coloquialmente reforma eléctrica.
Como adelante en entregas previas, concretamente
desde octubre, la postura que como representante popular del distrito noveno
federal recogí en diversas reuniones con sectores organizados del aparato
productivo y de la sociedad civil, fue de no avalarlo en tanto no se realizaran
adecuaciones que en la práctica, nunca se dieron. Impulsamos que se construyera
una reforma respetando el sentido constitucional vigente que incorporase temas
como la dotación de energía eléctrica sin costo a la población más vulnerable,
así como la generación de energías cada vez más amigables con el medio
ambiente, entre otros. No se le movió una coma en dicho sentido.
La Federación podría haber alcanzado consenso de
manera sencilla pero vio la veta. Nunca se mostró un solo documento conteniendo
esas supuestas doce propuestas; sólo existieron en el imaginario colectivo de
quienes emplearon de manera falsa dicho argumento para, a partir de ahí,
construir un discurso carente de verdad, orientado a tergiversar el sentido de
la votación, tachando a quienes no comulgaron con su iniciativa de traicionar a
México, difundiendo una defensa inexistente de intereses extranjeros de cada
uno de los 223 diputados que manifestamos el rechazo mayoritario de nuestros
representados. No es tema menor.
La voluntad expresada en las urnas de la mayoría de
los ciudadanos encuentra sentido en el respeto a las diferencias y la búsqueda
de consensos. Creo firmemente que es el objetivo mismo de la buena política, la
de verdad, la que no utiliza retórica plagada de diatriba ni calumnia para
denostar a quien difiere en pensamiento. Comenté también en dichas ocasiones
que si se me hacía ver con argumentos convincentes que la postura estaba errada
cabría la reconsideración, a dicha oferta la respuesta fue la sinrazón. Fue
público y notorio el despliegue de recursos, cuyo origen es poco claro,
utilizados para financiar una movilización de un grupo de simpatizantes de un
partido político específico, así como la contratación de perifoneo en días
previos, el envío de mensajes de telefonía a través de servicios
comercializados y la impresión de lonas, recursos que hubiera sido deseable se
canalizasen en infraestructura en beneficio de los habitantes de Perote y los
municipios de la región. Lo lamentable es que a través de diversas redes
sociales y el confortable anonimato que brindan en muchos casos, se desplegó
una serie de libelos e imágenes instigando más separación, diferencias y
radicalizando aún más la brecha que desde el propio Gobierno Federal se
promueve sin rubor. Craso error.
Nadie en su sano juicio, con la serie de notas,
entrevistas y comentarios vertidos tanto por mis colegas diputados del PRI,
PAN, PRD, MC o quien esto escribe, puede llamarle sorpresa por el resultado de
la votación del pasado domingo, mucho menos quien presentó la iniciativa en
primer lugar. Tenía toda la información relativa al sentido del voto, los
desacuerdos existentes entre grupos parlamentarios, la inexistencia de un
cabildeo para enriquecer el dictamen y, aun así, ordenó continuar el
espectáculo.
Por fortuna de este lado, entre los grupos y los
223 involucrados, esa desavenencia provocó cohesión y sin duda el interés por
defender a ultranza temas que ya fueron objeto de señalización, como la
independencia del INE y la creación de una legislación político electoral a
modo. No nos arredramos. A esto vinimos a la Cámara. La voz de quienes no la
tuvieron por los primeros tres años ahora encontró eco y haremos que se
escuche, tal y como la de todos los demás. Ojalá quepa la cordura de entender
que se está a tiempo de construir diálogo y acuerdos.
* Diputado federal PRI