EL SILENCIO DE MARÍA…
En la recién pasada celebración de la Semana Mayor y del Santo Triduo Pascual, reflexioné profundamente para acicalar las buenas actitudes, enfrentando a una lucha intestina, para no incrementar las malas y seguir en este afán que llamamos vida. En mis introspecciones, hago mi propia procesión del silencio y comparto el sufrimiento de MARIA LA DOLOROSA, evocada a mi propia vida.
EL SILENCIO DE MARÍA obra del franciscano IGNACIO LARRAÑAGA, alude el sufrimiento de una madre abnegada (como son casi todas las madres), que entrega todo el amor a su hijo el Mesías.
Sufre con la profecía de Simeón, sufre cuando huye de Herodes a Egipto, sufre con el Niño Perdido. El sufrimiento más intenso y sorpresivo es al encontrar a su hijo azotado, coronado con espinas rumbo al calvario, con pesado fardo a cuestas; sufre al escuchar el estentóreo grito de dolor cuando expira crucificado; y finalmente sufre al recibir su cuerpo, para amortajarlo y llevarlo al santo sepulcro. La profecía se cumplió.
Amigos creyentes: la iglesia católica con la imagen de MARIA, es presentada para dar consuelo a los que llevamos en hombros nuestra propia cruz, para encontrar aliento, confort, presencia liberadora y que con un ligero soplido no dejemos extinguir la pequeña braza que ilumina nuestra corazón.
Amigos recuerden: “un pequeño descanso en nuestro camino, nos dará energía para continuarlo”. Pasen buen fin de semana y el próximo lunes nos estaremos saludando.
¡Ánimo Ingao….!
Con el respeto de siempre Julio Contreras Díaz
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