El terremoto de 1920
- Construcción regional de la catástrofe
Por Olivia Cadillo
Casa de Cultura Coatepec presentó una extensa charla sobre lo sucedido de aquella noche del 3 de enero de 1920 cuando un sismo con magnitud de 6.4 grados Richter afectó la Sierra Madre Oriental con epicentro entre los poblados de Quimixtlán y Patlanalan, Puebla.
Jorge Vela, Julio Contreras y Martín Blázquez en coordinación con el Círculo Cultural Coatepecano, platicaron sobre aquel acontecimiento que provocó pérdidas humanas, bienes materiales, derrumbes de cerros y fallas en la energía eléctrica. Alrededor de las 22:25 horas los habitantes de los distintos municipios de Xalapa, Coatepec, Xico, Ixhuacán de los Reyes, Ayahualulco, Orizaba, Huatusco, Coscomatepec, entre otros, sintieron vibrar la tierra quedando asombrados por el crujir de los techos y muebles, otros horrorizados por el movimiento de las paredes y mirar el terrible ruido de los derrumbes; Teocelo y Cosautlán fueron los más destruidos por el terremoto.
De acuerdo al testimonio de un residente coatepecano el doctor Rafael Sánchez Altamirano, esa noche se había acostado cuando un horrible sacudimiento lo empujó bruscamente; inmediatamente la luz eléctrica fue interrumpida y pocos minutos después observó a personas que portaban imágenes de santos y alumbrados con velas rezaban en altavoz pidiendo clemencia. Por la mañana vio los grandes derrumbes que causó el sismo en las diferentes viviendas construidas de piedra y adobe, principalmente las que se encontraban en el centro como la casa de las hermanas Bravo, la casa de Alejo Galván un antiguo jefe político, la vivienda de Antonio Amorós lo que hoy es Casa de Cultura, así como cuarteduras en la Parroquia de San Jerónimo; Coatepec no tuvo victimas que lamentar, pero sí daños materiales.
Xalapa también sufrió daños en las fachadas de las casonas y derrumbes como es el caso de la torre de la Iglesia de Los Corazones en la calle Altamirano (motivo por el cual hoy luce incompleta). Cosautlán perdió importantes edificaciones como su Iglesia y otros inmuebles civiles, al igual que Teocelo fueron los municipios más dañados ante este sismo, la Iglesia de este último perdió gran parte de su estructura.
Sin embargo, Barranca Grande y gran parte de Puebla como Quimixtlán, Patlanalan, Chilchotla, vivieron la desgracia de ser sepultados por una avalancha de lodo, se calcula que este evento sísmico causó la muerte de aproximadamente 650 personas, aunque no se sabe con exactitud; convirtiéndolo en el tercer terremoto más mortífero en la historia de México.
Al día siguiente, el nuevo obispo de Veracruz, Rafael Guizar y Valencia visitó la zona afectada y con recaudaciones colaboró con la reconstrucción, asimismo, el Gobernador, General Cándido Aguilar al frente de un batallón de Zapadores y cargado de provisiones, emprendió un recorrido por los pueblos afectados. La ayuda humanitaria y la cohesión social se puso a prueba y se manifestó de maneras muy diversas.
A cien años de esta catástrofe la zona del epicentro ha acumulado energía, por lo tanto, es necesario tomar las debidas precauciones y desde el ámbito institucional se carece de planes de contingencia para enfrentar con presteza y efectividad este tipo de sucesos.
Esto se dijo en el conversatorio, para recordar la siniestro.