El verdadero “testamento” de López Obrador
Rúbrica
El verdadero “testamento” de López Obrador
Por Aurelio Contreras Moreno
A estas alturas del
sexenio, está de más recordarle al régimen de la autoproclamada “cuarta
transformación” que decía ser diferente, que iba a acabar con la corrupción,
que defendería la libertad de expresión y que cambiaría para bien al país.
Solo quienes tienen
un interés fincado en la “4t” (político o económico), padecen ceguera y sordera
intelectual o de plano son vulgarmente cínicos, pueden seguir afirmando que México
“va de maravilla” y que los vicios del pasado han sido erradicados.
No existe un solo
indicador, uno solo, que demuestre una mejoría en la calidad de vida de la
población, que se degrada con celeridad al ritmo de una inflación galopante, una
economía contraída y de una violencia inclemente y sanguinaria, que afecta
todos los órdenes de la vida del país.
Uno de esos órdenes
es el del periodismo, que en México se sigue ejerciendo bajo riesgo propio, en
condiciones de trabajo deplorables y atacado por todos los factores reales de
poder cuando la labor informativa afecta sus intereses.
El asesinato de
este domingo de la periodista Lourdes Maldonado López en Tijuana es el tercer
homicidio de un periodista en lo que va del año, que apenas lleva 24 días. Una
semana antes fue ejecutado en esa misma ciudad el fotoperiodista Margarito Martínez Esquivel, y en días
anteriores sucedió lo mismo en el puerto de Veracruz con José Luis Gamboa
Arenas. Solamente para abrir el 2022.
La respuesta del Estado mexicano ha sido de la de sumir la
cabeza en la tierra. Tan solo la repetición de las mismas peroratas de siempre:
que si se llegará “hasta las últimas consecuencias”, que “no habrá más
impunidad” y toda suerte de frases vacías, de retórica gastada que no significa
nada, más que un recurso para salir del paso en lo que el tema se pierde en la
vorágine de las desgracias que aquejan a México.
El caso de Lourdes Maldonado indigna todavía más porque la
periodista alertó sobre las amenazas a su vida desde 2019, durante una
conferencia “mañanera” y de frente al presidente Andrés Manuel López Obrador, señalando
a un “ínclito” integrante de la “4t”, el ex gobernador de Baja California Jaime
Bonilla, con cuya empresa mediática –para que la cuña apriete- sostenía un
litigio laboral que ganó unos cuantos días antes de ser asesinada.
El mensaje
publicado en Twitter por el vocero presidencial Jesús Ramírez Cuevas desnuda la
indolencia e incapacidad de un régimen cuya frivolidad asquea: “El
@GobiernoMX condena el
asesinato de la periodista Lourdes Maldonado. Externamos nuestras condolencias
a familiares y amigos. Hemos estado pendientes de su situación desde hace 3
años y buscaremos que se esclarezca su muerte”. Tan pendientes estuvieron, que
la asesinaron este domingo.
Si bien la
violencia contra periodistas en México no es un fenómeno reciente y solo
atribuible a la coyuntura actual, sí se ha recrudecido durante el presente
sexenio, en el que ya se contabilizan por lo menos 28 asesinatos de
comunicadores de acuerdo con Artículo 19, al mismo nivel ya del gobierno
anterior. Y eso tiene total lógica cuando desde el “púlpito presidencial”
llevan tres años denostando a los críticos, exponiéndolos a linchamientos
mediáticos –que han estado cerca de volverse físicos en varias ocasiones- y
hasta creando una sección especial en la conferencia matutina para agredirles,
difamarlos y producirles descrédito. Claro que eso se refleja en la violencia
de a de veras.
Esa violencia se
reproduce con tremenda virulencia en las entidades federativas, donde los
periodistas suelen estar aún más desvalidos, lejos de los reflectores de los
medios del Altiplano y en donde las agresiones suelen ser ignoradas… hasta que
se convierten en homicidios.
Así, en Veracruz se
asesinó al primer periodista de 2022. Y días después circuló como si nada un
libelo en video con amenazas de muerte y calumnias contra varios periodistas.
En Puebla, a los constantes ataques del gobernador contra los comunicadores se
suman los de las redes de Morena, que se dedican a hostigar a quienes tienen el
valor de exhibir las corruptelas del gobierno.
Ambos gobernadores,
Cuitláhuac García y Miguel Barbosa, de los peores del país. Intolerantes,
incompetentes y corruptos. Pero “bendecidos” por el presidente Andrés Manuel
López Obrador, el principal animador de la violencia contra periodistas en
México.
Es ése, y no el que
pretende, su verdadero “testamento” para México.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter:
@yeyocontreras