El virus de la incompetencia
Por Pedro Peñaloza
“Se requieren nuevas formas de pensar para resolver
los problemas creados por las viejas formas de pensar”.
Albert Einstein
- Un presidente extraterrenal. La 4T ha resultado incapaz de siquiera coordinarse con los estados de la república ante la pandemia del Covid-19, es más, tampoco lo ha hecho con el gobierno subordinado de la CDMX. ¿Cómo explicar que los mandamientos sanitarios emitidos por la Secretaría de Salud no son respetados por un presidente que se pasea dando besos y abrazos por distintas plazas públicas a lo largo del país? Quizá provenga de la génesis política y hormonal de quien se siente por encima de los males y angustias terrenales. Y claro, su gran irresponsabilidad.
- El peor de los mundos. La batalla contra el SARS-Cov-2 toma mal parada a la economía mexicana. El banco inglés Barclays calcula que el PIB de nuestro país, por el efecto de la pandemia, tendrá una contracción del 2% en 2020, después de haber retrocedido 0.1% en 2019. Asimismo, sostiene que la economía padecerá tres conmociones: primero, interrupciones en las cadenas de suministros para la industria automotriz y manufactura estadounidense vitales para las empresas mexicanas; segundo, reducción de la actividad local de viajes, tanto para negocios como turismo, ya que estos representan el 16.1% del PIB; tercero, la propagación del virus implicará una reducción de las actividades sociales, afectando significativamente el sector servicios. Además, continua el banco inglés, es probable que la magnitud de los shocks se amplifique por factores internos: una baja confianza del sector privado para realizar inversiones por su cancelación de proyectos y costosa política energética y los posibles costos fiscales de dicha estrategia (La Jornada, 14/03/20, p.15).
- El sector salud en crisis. El informe de la OCDE, Más allá de la contención: la respuesta de los sistemas de salud en la OCDE ante el Covid-19, sostiene que México, antes de AMLO y ahora agudizado, continúa siendo uno de los siete países de la organización con la menor cobertura de seguridad social y salud. Por ejemplo, nuestro país tiene un gasto sanitario promedio de mil 138 dólares al año, en comparación con los 3 mil 806 que gastan los países miembros; cuenta con 2.4 médicos y 2.9 enfermeros por cada mil personas; y, en promedio, destina 5.5% del PIB a este rubro cuando sus socios otorgan 8.8 de sus recursos a sus sistemas de salud (El Universal, 24/03/20, p.7). Queda claro entonces que los nuevos gritos oficiales para invertir en salud resultan tardíos y grotescos ¿Por qué carajos no se invirtió antes en la salud pública de los mexicanos?
pedropenaloza@yahoo.com/ @pedro_penaloz