EL VOTANTE
EL VOTANTE
Brenda Caballero
Números Rojos
¿Por quién vas a votar? Pregunta el padre a
su hijo, mientras desayunan y lee el periódico con la última noticia de la
candidata. El joven encoge los hombros con total indiferencia. Al ver la
respuesta del hijo, la madre contesta: “Tiene cosas más importantes que hacer,
como aprobar inglés”. El padre retoma la conversación diciendo: “Es su deber
cívico, en este país el derecho más importante es el derecho a votar. ¡Un
hombre… un voto!”
El joven salió de casa a la Universidad con sus audífonos en los oídos y la
música a todo volumen. Por eso tuvo que quitárselos cuando la promotora del
voto de la candidata se le acercó diciendole: “…Es importante que nos hagamos
escuchar. Como sabes, los candidatos tienen ideas distintas, y es importante
que los conozcas porque ¡Juntos somos Uno!” Palabras más, palabras menos
continúo diciendo: “Tú eres uno de los indecisos que aún no muestra interés por
algún candidato, por eso es que te doy información sobre la candidata y lo que
ella representa”. Dirigiéndose nuevamente al joven le dice: “¿No crees que
debería haber menos dinero en la campaña ? Los votantes no van a dejar que las
estrategias de medios conspirativos los distraigan”. Y la joven terminó
diciéndole: “Hagamos historia juntos”.
Durante su paso para entrar al salón, la publicidad pegada y los folletos de la
candidata y del otro candidato le eran entregados una y otra vez, El joven tomó
uno a fuerza para que el papel fuera depositado en el bote de basura antes de
entrar al salón de clases.
Sus necesidades lo hicieron ir al baño, y a puerta cerrada pudo escuchar cómo
el otro candidato hacía campaña política… ¡Sí! ¡En el baño!
La invitación al voto del candidato fue directa a otro joven que se lavaba las
manos. Mientras lo llamaba “indeciso”, el joven le respondió: “¿Como sabes que
soy indeciso?”
El candidato contestó: “Tenemos un algoritmo que analiza las publicaciones en
las redes sociales, además de recopilaciones por persona de sus preferencias”.
El candidato continuó diciendo: “Sé que la política puede ser muy aburrida,
pero ¿a quién le importa?” Para alentarlo a votar por él, le ofreció que
alguien de su equipo lo llevaría a votar. Ambos jóvenes salieron del baño.
En el Auditorio, se dio el debate entre la candidata y el candidato. La
asistencia era obligatoria.
Tomó asiento el joven mientras ignoraba las palabras del candidato que estaba
al micrófono donde refería que la campaña se había convertido en algo negativo,
que estaba llena de enojo, de veneno, pero aún con ese discurso, fue contra su
opositora.
Mientras los candidatos hablaban y daban sus propuestas, algunos jóvenes allí
presentes aplaudían, gritaban y coreaban a sus favoritos, mientras otros
mostraban total desinterés, al grado de jugar en su celular, y otros grabar a
una pareja que se besaba apasionadamente.
Por fin terminó del debate y a la salida las encuestadoras ya hacían su
trabajo.
El joven tuvo que lidiar con eso: “¿Cambió tu opinión después del debate sobre
algún candidato?” El No del joven fue rotundo. lo que dio paso a la pregunta
siguiente: “¿Por qué?” Y él volvió a contestar: “No me interesa”. “¿Prefieres a
un candidato que a otro?” Ante la falta de respuesta, la encuestadora concluyó:
“Sin preferencia”.
El joven se dirigió a la cafetería y se acercó a dos compañeros para compartir
el desayuno. Ya se había sentado cuando ellos empezaron a discutir de política;
sí, de las propuestas de ambos,candidatos donde una de sus compañeras
argumentaba que las ideas de la candidata no eran reales, sino
idealistas,mientras defendía las de su candidato. El otro le decía que no iba a
cambiar nada. Aquella plática terminó en discusión entre los amigos, con
insultos y comida tirada al piso.
Nuestro joven indeciso dispuesto a disfrutar su desayuno, se fue a otra mesa.
Iba a darle una mordida a su sandwich cuando la candidata llegó a pedir el voto
y segundos después, el candidato se sentaba a su lado con la misma intención.
El chico, harto de ellos, abandonó el lugar.
Y como dicen que en campaña los candidatos se ven hasta en la sopa, allí estaba
nuevamente el Candidato, en el salón de clases, sentado junto a su banca
diciéndole: “Entiendo que esta carrera no te interesa, pero si nos ayudas a
ganar…” El joven contestó: “Si te digo que votaré por ti… ¿Me dejarás en paz?”
Al ver su desinterés y hartazgo el candidato le preguntó: “¿Qué te importa?” Él
le contestó: “Baños para estudiantes, como los de los maestros, que se puedan
cerrar con llave. Máquinas expendedoras que no nos roben. Tal vez lo hagas o
tal vez no”.
Al llegar a su casa, el padre preguntó a sus hijos: “¿Ustedes participaron en
la votación?
Él joven contestó: “Yo No voté. No vale la pena ante tal complicación. Igual mi
voto no importa”.
Usted disculpe el spoiler de este capítulo de la serie The Politician, pero
ojalá nuestros candidatos puedan verla. Al igual se la recomiendo si en estos
días de hartazgo de campañas electorales usted quiere ver una comedia política
dramática en Netflix.
Twitter: @NumerosRojos_BC