Elecciones 2021, comenzamos.
Elecciones 2021, comenzamos.
Por Martín Quitano Martínez
Usted es libre
para hacer sus elecciones pero es prisionero de las consecuencias.
Pablo Neruda
Los niveles de descrédito,
desconfianza e incluso desprecio hacia la clase política siguen siendo muy
altos, aun en tiempos de la llamada “transformación”. Sin embargo, buena parte
de los aspirantes y candidatos no están dispuestos a modificar conductas y mejorar
procesos en su gestión política; sus comportamientos insisten en reproducir los
malos hábitos que nos han llevado a problemáticas profundas, sin un futuro de
recomposición y mejora.
De norte a sur, en nuestro
país se presentan acciones de una mayoría de políticos, funcionarios y
representantes que asumen que, pese a las importantes manifestaciones de
amplios sectores sociales sobre lo agotado de sus actos y mentiras de siempre,
de los cinismos y opacidades de siempre, prefieren dar continuidad a los absurdos
que lastiman a millones y que ahora en elecciones, reeditan sonrisas y promesas
sin planteamientos serios que las sostenga.
Múltiples y reconocidos casos
dan evidencia palpable, desde funcionarios que, amparados en el manejo
discrecional del poder, se lanzan tras la búsqueda de continuar en el juego
político. O legisladores y presidentes municipales que se involucran de lleno en
la disputa electoral que inicia sin considerar sus límites legales para la
comunicación con los electores.
Con 21,368 cargos y 15
gubernaturas, la complejidad electoral del 2021 es grande y como elección
intermedia, definirá el grado de implantación y respaldo al actual grupo
gobernante nacional y las posibilidades reales de que las oposiciones puedan
recobrar sus espacios perdidos.
En medio de una creciente y
peligrosa polarización, con una violencia electoral cada vez más preocupante,
se renovarán 30 congresos locales, es decir que se elegirán 1,063 diputados y 1,926
ayuntamientos y juntas municipales. Los retos de participación para que se
logre un proceso electoral que demuestre nuestra voluntad democrática en un
ambiente responsable y en paz, deberán lograr vencer la abstinencia y convocar
para que salgan a las urnas más de 94 millones de posibles electores.
Ante la andanada de ataques
recibidos desde la presidencia nacional y su partido, el papel del Instituto
Nacional Electoral deberá ser impecable. Su fortaleza será sin duda su
capacidad operativa para instalar las más de 164 mil 500 casillas en todo el país
y para convocar, capacitar y contar todos y cada uno de los votos, con la
participación de más de 1.4 millones de ciudadanos funcionarios de casilla.
Nuestros problemas con el
manejo de la pandemia, no debe impedirnos acudir a votar en una elección que
reclama una participación comprometida fundamentalmente con la salvaguarda democrática,
con la oportunidad de que nuestro voto plantee a los elegidos el próximo 6 de
junio el compromiso por representar y realizar las mejores propuestas para
sacar adelante a nuestro país, estados y municipios, de los complejos problemas
que nos agobian.
LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA
9.8 millones de nuevos
pobres producto de la pandemia. ¿Como anillo al dedo?.