Crónica CoatepecanaDestacado

Elementos Iconográficos en las Imágenes de San Jerónimo

Comparte

 

 

Dr. Jesús J. Bonilla Palmeros

Cronista de la ciudad de Coatepec

En el panteón católico los atributos de San Jerónimo como uno de los cuatro doctores de la Iglesia, se circunscriben a diversos momentos de su vida, específicamente a su carácter de traductor de la Biblia, de su versión griega Septante al latín comúnmente conocida como la Vulgata. En el mismo contexto también se le reconoce el tiempo que reside cerca de Belén, razón por la cual puede ser representado en su carácter de ermitaño, y la mayoría de las veces se le identifica en su cargo de cardenal como consejero del papa Dámaso.

Los elementos iconográficos que le identifican en la mayoría de las pinturas religiosas son: tintero, pluma, Biblia, crucifijo, calavera, reloj de arena, trompeta, león y vestimenta cardenalicia. En lo referente a la asociación del crucifijo y la calavera son atributos de aquellos personajes que se dedicaron a la vida contemplativa en un medio hostil, de tal manera que ambos íconos refieren a la vida del santo como anacoreta. En el caso del libro, pluma y birrete doctoral que identifican a San Jerónimo, corresponden a los atributos propios de quien se ha destacado por el interés en textos, cuya importancia es relevante por el tratamiento y difusión de los dogmas  de la religión cristiana. La trompeta en la iconografía, es uno de los atributos de aquellos santos que sobresalieron como predicadores, al exaltar la importancia de los dogmas cristianos en las sagradas escrituras, y el llamado a la observación de los mandamientos hasta el día del Juicio Final.

Entre los elementos iconográficos que distinguen a San Jerónimo destaca la imagen del león, cuya carga simbólica se deriva de algunos de sus atributos como la fuerza, el valor, la fiereza, la astucia, la inteligencia y la capacidad para vivir en un medio hostil. En el cristianismo el león es el emblema de Cristo, y puede aparecer vinculado a uno de sus momentos más importantes como la resurrección, que le da fundamento a la aplicación de la imagen del león en los sepulcros de los cristianos.  En el mismo sentido, el león rugiendo remite a la resurrección de los difuntos en el día del Juicio Final.

La riqueza iconográfica de la iglesia católica de Occidente, se difundió en todos aquellos lugares a donde llegó la supremacía de la religión católica, específicamente en cuanto a su uso didáctico en el proceso de evangelización. Con la llegada de los religiosos a territorio mexicano durante el siglo XVI, se  introduce un amplio repertorio de imágenes dispuestas en muros conventuales o de iglesias, grandes lienzos pintados al óleo en las capillas y una diversidad de esculturas en las fachadas o interiores de los templos; representaciones que lo mismo evocan pasajes bíblicos, imágenes de personajes centrales Cristo y María, o santos que muestran sus elementos iconográficos distintivos.

En el caso de la conversión de los antiguos coatepecanos a la religión católica durante el siglo XVI, podemos deducir que debieron conocer en su momento algunas imágenes pintadas de san Jerónimo, así como sus diversos atributos iconográficos. Al tiempo de que se les asignó como entidad tutelar del “Pueblo de Indios”, fundado aproximadamente en el año de 1560 por los religiosos del Convento de san Francisco de Xalapa.

Uno de los datos más tempranos sobre las imágenes de san Jerónimo en el pueblo de Coatepec, se encuentra registrado en un documento del Archivo Notarial de Xalapa, en el cual se específica que las autoridades indígenas contrataron en el año de 1644 a un maestro dorador de la ciudad de Puebla, a fin de que fabricara el retablo para la iglesia del pueblo, mismo que tendría un gran lienzo con la imagen de San Jerónimo al centro y otros ocho más pequeños distribuidos alrededor. Al parecer el mencionado retablo sólo duró veinticinco años, porque en el año de 1669 la caída de un rayo generó un incendio que consumió totalmente la iglesia.

Posteriormente se han manufacturado una serie de imágenes en la ciudad de Coatepec, tanto para el culto oficial como aquellas que son distintivas del culto popular. Destaca por su antigüedad, una imagen tallada en madera de una sola pieza, en cuyo nicho se registró la fecha de 1776 como año de su manufactura y bendición para ser objeto de culto. Lamentablemente la imagen de casi un metro de altura y su nicho, fueron sustraídas de la casa donde se conservaban y actualmente se desconoce su paradero.

En lo referente a la imagen de san Jerónimo del templo parroquial, se sabe que probablemente fue manufacturada entre fines del siglo XIX o principios del XX, aparte de que existe una réplica miniatura de la misma en resguardo de la familia Monge Peredo. Otra de las imágenes antiguas, se encuentra en el denominado “Barrio de San Jerónimo”, la cual también fue tallada en madera y es representativa del culto popular, en razón de que no forma parte del corpus de imágenes religiosas del templo parroquial, y fue la efigie que los habitantes del barrio siempre sacaban en procesión, hasta que subieron por primera vez la imagen del templo parroquial en el año de 1978, con el fin de que presidiera la famosa “Bajada de los Arcos”.

Referencias bibliográficas

Bonilla Palmeros, Jesús Javier, San Jerónimo y Tepeyollotl: entre cerros, cuevas y templos, Impresora Toscana, Coatepec, Ver., 2015.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *