EMOCIONES OLÍMPICAS
EMOCIONES OLÍMPICAS
Por Ernesto de la Rosa Olaez
· Emocionante
e impactante la inauguración de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020
Volvieron los recuerdos a mi
mente. Sí, rejuvenecí, soy muy afortunado.
Al ver la ceremonia de
apertura recordaba la emoción que sentí antes de entrar al estadio olímpico
para participar en los Juegos de la XXI
Olimpiada celebrada en Montreal, Canadá del 17 de julio al 1 de agosto de
1976.
Impecablemente vestidos
portábamos con orgullo el traje oficial de la delegación mexicana, caminar en
la pasarela fue indescriptible, ser testigo del encendido del pebetero sentir
el calor de la llama en mi corazón, era el espíritu olímpico, el que invita a
ser más fuerte, más alto y más rápido. 45 años después al ver las escenas de
Tokio 2020, me causó la misma gran emoción.
Observar al público emocionado
al ver a los mejores atletas del mundo, ser uno de ellos, estar en las
instalaciones de la Villa Olímpica, desayunar, comer, cenar, intercambiar miradas,
pins o banderines, nos entendíamos sin hablar, hablábamos el mismo idioma, sentía
la fraternidad del olimpismo, era algo más que una competencia. Pero, ya en el
juego cada deportista quiere ganar, sale decidido a brindarse para alcanzar su
meta, para eso nos preparamos con años de antelación y de la mejor manera
posible, porque el objetivo principal es obtener una medalla y el
reconocimiento del mundo entero.
Muchas felicidades todas y
todos los atletas olímpicos de todos los tiempos y un reconocimiento especial a
los que se ganaron a pulso una presea de oro, plata o bronce.