«EMPECÉ LA EDITORIAL POR DESPECHO»: PATRICIA VAN RHIJN
A"EMPECÉ LA EDITORIAL POR DESPECHO": PATRICIA VAN RHIJN
· La entrega del Homenaje al Mérito
Editorial estuvo aderezada con confesiones, un repaso a una carrera de 45 años,
y un llamado a mejorar la promoción de la lectura
Guadalajara, Jalisco, 3
diciembre 2024.- La noche del lunes se entregó el Homenaje al Mérito editorial
a Patricia van Rhijn Armida, fundadora de la editorial CIDCLI, especializada en
libros para niños y jóvenes, en el auditorio Juan Rulfo de la Feria
Internacional del Libro de Guadalajara.
Durante su intervención, la
directora de la Feria, Marisol Schulz Manaut, habló de la valiosa labor de Van
Rhijn en sus 45 años de carrera y agradeció el esfuerzo que ha invertido en
convertir a la lectura en una parte fundamental en la vida de las infancias, y
también su contribución en el entorno editorial para que siga siendo una
prioridad.
Elisa Bonilla —autora,
directora de la Fundación SM (2007-2016), directora de Materiales Educativos de
la SEP (1993-2007) y amiga de la homenajeada— acompañó a Van Rhijn en el
presidio y entabló una breve conversación con ella para compartirle a los
presentes algo de la historia detrás de la creación de su proyecto editorial y
los retos que tuvo que superar en una época en la que en México todavía no
había una gran oferta de libros infantiles y juveniles. “La labor editorial es
noble”, dijo Bonilla, porque “sin editores no hay libros; son el puente entre
la gente y el objeto-libro, quien le da cuerpo y forma”.
¿Cómo empezó la idea de la
editorial? Patricia van Rhijn sonrió discretamente y dijo: “Voy a hacer una
confesión: empecé la editorial por despecho”. El público rompió en risas. La
historia que la editora compartió fue que cuando trabajó en la Secretaría de
Educación Pública (SEP), comenzó el proyecto de una colección de libros
clásicos para niños para el que solicitó permiso de ir al Salón del Libro de Montreal
para buscar inspiración, porque en el país no había una referencia. La
dirección se lo negó, ella de todas maneras viajó a Canadá y entonces la
despidieron. “Fue lo mejor que me pudo haber pasado”, pues desde la cochera de
su casa retomó esa idea que no pudo concretarse en la SEP y se convirtió en el
Centro de Información y Desarrollo de la Comunicación y la Literatura
Infantiles (CIDCLI).
Gracias a los contactos que su
marido tenía en el mundo de las letras (era poeta), Patricia comenzó la búsqueda
de escritores y escritoras profesionales que se unieran a su catálogo. “Mi
intención era fortalecer la literatura infantil mexicana, porque recibíamos
muchos ‘guisantes’ y ‘emparedados’, pero no ‘chícharos’ y ‘sándwiches’”. Señaló
que lo valioso de abrirse después a propuestas de otros países de América
Latina es que llegaron diferentes tipos de español, que luego había que
traducir para que los pequeños lectores de México pudieran entender el
significado de algunas palabras de uso común en Argentina, Colombia o Perú.
En su discurso de aceptación,
luego de recibir la placa de manos de José Trinidad Padilla López, presidente
de la Feria Internacional del Libro, y de Marisol Schulz Manaut, la homenajeada
habló de los diferentes retos que ha tenido que enfrentar en más de cuatro
décadas de carrera. Desde cómo comenzar una editorial desde cero, hasta
gestionar la participación de un ilustrador japonés para acompañar un texto
inédito que Octavio Paz le dio para su colección. Van Rhijn contó que le envió
al dibujante una carta al otro lado del mundo junto con una versión en inglés
del libro para explicarle el proyecto, el artista le respondió con una postal
que decía: “My english little, yes I want”. Así que consiguieron enviarle una
traducción al japonés para que pudiera trabajar. “Así como había pocos
escritores infantiles, también faltaban ilustradores”; Vicente Rojo fue una de
esas cooperaciones interesantes.
“Entré a un mercado que estaba
casi poblado por traducciones, y quise encontrar textos originales. Los que
aceptaron el reto no habían escrito todavía para este público”. Los nombres que
mencionó no resultaron ajenos al público: Álvaro Mutis, Octavio Paz, Ida
Vitale, Elsa Cross, Hugo Hiriart, Margo Glantz. Y también mencionó que la FIL
ha sido una aliada y colega en su trabajo. “Al principio vine a vender libros;
ahora vengo por las relaciones públicas”, es decir, para encontrar a las
próximas plumas que enriquecerán la oferta de literatura infantil y juvenil.
Agregó que el verdadero reto
no ha sido empezar, “sino mantenerse”, y aprovechó para agradecer al equipo que
ha colaborado y creído en su proyecto, ya sea desde el inicio o que se han
sumado a lo largo de los años. No quiso perder la oportunidad para mencionar su
preocupación por las estrategias de promoción de la lectura que el nuevo
gobierno de México pondrá en marcha. “De poco sirve que se implementen
programas si no llevan los libros a sectores cada vez más amplios”; dijo que es
importante considerar la bibliodiversidad, ya que el gobierno produce sólo 11
por ciento del total de los libros en el país, incluyendo los libros de texto.
“Se requiere una integración de la cadena del libro con todos sus actores”.
Pero este tono de genuina
preocupación y análisis de la salud de la lectura y la producción editorial,
especialmente dedicada a la niñez y la juventud, que también dio un vistazo a
su faceta como integrante de la Cámara Nacional de la Industria Editorial
Mexicana, donde ha ocupado los cargos de consejera, vicepresidenta y secretaria
del consejo, cedió su lugar para regresar a su tono inicial. Dijo que quizá
entonces lo mejor es pensar en la pasión por leer como ya lo había mencionado
Gabriel Zaid, quitarse de problemas y recordar que es verdad que al fin y al
cabo “leer no sirve para nada: es un vicio, una felicidad”.
Después de los aplausos,
Carlos Maciel, maestro de ceremonias que es ya parte integral de esta Feria, se
disculpó por romper el protocolo al momento de dar por concluido el evento para
decir unas palabras propias y compartir que nunca había conocido a una
profesional como Patricia van Rhijn, y lo afortunado que se consideraba por
haber conversado con ella tras bambalinas, minutos antes de su homenaje.