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Empeñar o no empeñar… esa es la cuestión

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Empeñar o no empeñar… esa es la cuestión.

Ser o no ser… esa es la cuestión. Hamlet III acto. Escena 3.

Tras leer detenidamente este soliloquio de Hamlet, obra del insigne dramaturgo inglés William Shakespeare, donde infiere acerca de la muerte y lo que sigue tras ella, no me queda más que admitir que la vida esta llena de decisiones que hacemos.

 

¿Por qué cometer la osadía de comparar tan insigne frase con el empeño? Porque verdaderamente es una osadía empeñar cosas que necesitamos por cosas que ya nos terminamos. Dice un famoso dicho “El que compra lo que no necesita, termina vendiendo lo que sí necesita”. Y es que empeñar en enero es casi una tradición en nuestro país, sobre todo en las urbes. Los noticieros ya saben que cada primer día hábil de enero las casas de empeño estarán a reventar por los pignorantes y llevan sus reporteros y cámaras a dichos lugares.

 

La palabra prenda viene del latín pignora, plural de pignus que quiere decir: dar en garantía. La palabra empeñar, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española quiere decir: dejar algo en prenda como garantía del cumplimiento de un compromiso o de la devolución de un préstamo. Tiene otro significado: endeudarse (II contraer deudas) (sic). Así es querido lector, uno de los significados de empeñar es literalmente endeudarse.

 

Los bienes son para arreglar los males, versa un dicho; y estoy de acuerdo en ello: para arreglar los males, para usarse como un imprevisto. Pero, las fiestas de navidad y fin de año no son un imprevisto, de hecho, navidad y año nuevo se celebran cada año en las mismas fechas. Esta situación es ya un círculo vicioso del que solamente salen ganando las casas de empeño.

 

Que una ciudad cuente con más casas de empeño es una clara señal que los habitantes están más endeudados. Además de esto, surgen las financieras que con intereses descomunales pero ante todo “legales” (porque hacen firmar un contrato de mutuo acuerdo entre el prestamista y el prestatario), socavan la economía de las familias.

 

¿Empeñar es malo? Si. ¿Por qué? Porque se recibe menos del 30% del valor real del producto, al que muchas veces se le ata una situación sentimental. ¿Qué hago entonces? Para empezar, tener un fondo de reservas para emergencias, tener un presupuesto en el que se desglosen los gastos navideños y de año nuevo. Pero si ya se requiere el dinero y no se previeron estos casos, yo recomiendo vender el producto a un mejor precio, de esta forma la persona se hace de mayor efectivo y puede pagar las deudas. Si después el dinero se recupera, se puede adquirir otro producto similar. Si no se quiere vender la prenda por un valor sentimental, entonces sugiero que tampoco se empeñe.

 

¿Empeñar o no empeñar? No empeñar, gastar sabiamente, hacer un presupuesto, tener un fondo de emergencia. Haz un uso responsable y sabio del dinero.

 

Quintín Vallejo López.

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