“EMPRESAS FANTASMA”, AL DESCUBIERTO; CUITLÁHUAC BAJO SOSPECHA
“EMPRESAS FANTASMA”, AL DESCUBIERTO; CUITLÁHUAC BAJO SOSPECHA
Por Edgar Hernández*
Esta es la historia de los 100
millones desaparecidos en los sótanos de empresas fantasma “que no existen”,
según Cuitláhuac García.
Bobo, como es -pero no
pendejo- se deslinda, aunque termina por admitir en medio del escándalo y de
manera tardía, que la empresa denunciada “solo evade impuestos”.
Olvida, desdeña, cantinflea y
esconde la corrupción de su gobierno manifiesta en la empresa fantasma de una
tal Arali Rodríguez Vez, con domicilio fiscal en una colonia olvidada de
Xalapa, en un local que no muestra haber recibido del gobierno 39 contratos con
un valor superior a los 100 millones de pesos.
A Cuitláhuac le da amnesia
cuando le recuerdan que desde el arranque de su administración, el 98 por
ciento del presupuesto estatal destinado a obras y servicios, los ha entregado
a aliados, amigos… y fantasmas.
No registra que desde el arranque
en 2018, la opinión pública conoció las rapacerías en el DIF, que administra
Nitzia Guerrero, hija del primo hermano Eleazar Guerrero.
Nunca tomó fe de denuncia
alguna cuando se supo de los mil millones de pesos en medicinas caducas; la
compra de las patrullas de la SSP adquiridas a precios millonarios; los 3 mil 140
millones no ejercidos por SIOP, ni la entrega imaginaria de obras que no
existen.
Menos quiere acordarse de la
desaparición de 2 mil 400 millones en subejercicios, la doble contabilidad de
su gobierno que descubrió el SAT y los
desfalcos que ha venido desvelando ORFIS.
Desde luego que eso de las empresas fantasma no es nada
nuevo para la 4T.
Desde el 2020 el columnista Armando Ortiz reveló en su
portal “Libertad Bajo Palabra”, su existencia en la Secretaría de Salud.
Elhensa era una de ellas.
En un reportaje publicado el 15 de enero de 2020 escribió:
“Si usted pone en el buscador de Google “Elehnsa S A de CV. Sesver pdf” le
habrán de salir innumerables enlaces hacia el sitio web de la Secretaría de
Salud de Veracruz. Elehnsa cuyas oficinas están en Araucarias No. 22 Colonia
Higueras en Teocelo, Veracruz, es una de las empresas de reciente creación que
Antonio Pola Navarro utiliza para otorgar millonarios contratos de manera
directa”.
“Elehnsa ha participado y ha licitado con otras empresas como
3L Phrama, Proinher, Megabits Solutions, Grupo Desarrollador de Sistemas de Voz
y Datos y Policarpo Carvajal Santamaría como persona física”. En esa ocasión
acudimos a la dirección fiscal de la empresa Elehnsa en Teocelo y sólo
encontramos una casucha abandonada”.
“En el caso de Policarpo
Carvajal, descubrimos que era un vendedor de limones en Cardel, Veracruz”.
En aquel momento, prácticamente al terminar el primer año de
gobierno, la nota causó furor entre la opinión pública, pero Cuitláhuac volteó
la cara, simplemente ignoró la revelación.
Igual pretende que suceda hoy día con la
empleada de la Secretaría de Educación de Veracruz, Araly González, una persona física
cuya actividad comercial es la venta de bienes informáticos, muebles y
mobiliario de oficina, proveedora del DIF estatal, así como de las secretarías
de Salud y de Seguridad Pública, a las que ha vendido uniformes, batas
quirúrgicas, overoles, sillas de ruedas y aparatos para la audición desde 2020
por 100 millones de pesos.
Esta nota que filtró ORFIS a un diputado en días pasados,
recibió como respuesta el silencio oficial. Cuitláhuac, sin embargo, no pudo
aguantar la presión de los medios de comunicación que encontraron nuevos datos.
Acaso por ello que el atarantado mandatario no tuvo más que
salir al paso para admitir que, en efecto, sí le otorgaron esos contratos
por más de 100 millones a Araly Rodríguez Vez, quien además de ser empleada de
rango inferior de su gobierno, es la “representante legal” de una empresa, lo
cual para el gobernador no constituye ninguna irregularidad.
¿Ninguna Irregularidad?
¿Ello quiere decir que si no
hay irregularidad no hay delito o si Araly paga los impuestos, no hay bronca?
Aceptemos que así sea, que el
gobernador nunca supo de ratería alguna en sus
oficinas -ya se olvidó que semanas atrás abrieron a la fuerza la bóveda
de la Tesorería y se llevaron todo el efectivo- y que Araly es una blanca
paloma, una simple prestanombres.
Concedamos pues que él,
Cuitláhuac, nada tiene que ver con las empresas fantasmas y que aplicará todo
el peso de la ley “caiga quien caiga” y que “por encima de la ley nada” y que
“actuaremos hasta las últimas consecuencias”, pero además que “no somos como
los de antes”.
Aceptemos sus dichos, pero ¿y
el dinero?
Veracruz arrastra un adeudo
superior a los 80 mil millones incluidos los 65 mil que le heredaron los
anteriores, entonces ¿En qué se gastaron en cuatro años 15 mil millones de
pesos vía préstamos a pesar de disponer de un presupuesto anual superior a los
130 mil millones de pesos?
Al destaparse la cloaca de las
empresas fantasma, cada día cobra fuerza la versión de las maletas en efectivo
entregadas periódicamente a Palacio Nacional, así como los desmesurados desvíos
millonarios de Eleazar Guerrero a paraísos fiscales.
Hoy más que nunca aplica en
Cuitláhuac su propio dicho: “¡Que se investigue!”.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo