Enojo y repudio ciudadano ante el engaño presidencial
Enojo y repudio ciudadano ante el engaño presidencial
Por Edgar
Hernández*
¡Que
siempre no se va a “La Chingada”
Desde luego que era previsible que no se fuera.
Tampoco que cumpliera, menos que hiciera caso al
reclamo ciudadano; lo que sí llama la atención es que ante el reto que el mismo
impuso, respondiera con burletas.
Ese desdén, similar al que trae contra la prensa,
los empresarios, la clase media y todos los que no están en favor de sus
caprichos y tonterías, es el mismo que ahora impone a sus opositores
aglutinados en FRENNA, a los que se han sumado millares de mexicanos en un
singular respaldo.
Eso de pedirle a los 158 mil reunidos en el Zócalo
capitalino, bajo la bandera, mas que de Frenna, la nacional que le “echen
ganas” y que el pone las “hamacas” para que se queden hasta finales de su
sexenio, es un juego peligroso que polariza la de por si marcada división
nacional.
Los panegiristas de AMLO sostienen que solo fueron
cinco mil los reunidos en el Zócalo, pero así fueran 200 mil, tendrían como
respuesta el desdén y la descalificación de
un presidente que cada día se parece más a Hugo Chávez o Nicolás Maduro.
López Obrador cree que el pueblo de México, el no
bendito por él, es estúpido; que no se da cuenta de sus atropellos y barbaridades;
que ignora que gobierna en la crisis porque no sabe gobernar con las
instituciones.
¿A poco cree que ignoran las mayorías, las no
beneficiadas con ese pan y circo, que desde el arranque ha dispuesto del
recurso público para el aplauso?
Y que está cierto que en lo que resta del sexenio
nos seguirá vendiendo aviones, juicios sumarios a expresidentes, y mueras a la
prensa chayotera. En realidad su convencimiento estriba en que minimizando la
protesta tiene bajo control a la oposición, sin percatarse que la suma
ciudadana es muy peligrosa, más cuando el propio Peje le pone sal a la herida
con el menosprecio, la descalificación y la risita burlona.
Pensemos que Frenna queda frenado y que hoy su
popularidad lo convierte en inderrocable, pero ¿Hasta cuándo?
El año próximo son las elecciones intermedias y por
mas que le meta ruido, haga campaña desde Palacio con sus aliados, entregue
carretadas de dinero y amenace a sus enemigos, el pueblo -el sabio, el
ignorante, el bendito y el ateo- manda.
Y así como le entregaron 30 millones de votos en
elección histórica, así se los habrán de retiran de seguir con ese gobierno de
mentiras y cuentos largos.
López Obrador podrá seguir con sus engañifas y
jueguitos mediáticos. No dejará el púlpito día alguno, pero ¡Cuidado! la gente
ya descubrió sus simplezas y en una de esas le cerrará el telón del circo para
dar paso a lo que verdaderamente se quiere, un mandato de verdad, no de ficción.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de
Periodismo