¡ENTERRADO VIVO…!
El buen Joaquín ya casado, no se concretó únicamente al género de revista o a la zarzuela, su genio y talento le daba para más y decide ingresar a la crítica del entorno político dado el momento que atravesaba el país. El resultado es extraordinario, pues al igual que en nuestros días, ese tipo de crítica resultan un escape a todo el desazón y pesadumbre de los mexicanos.
En la década de los treinta, se cuentan por miles los inmigrantes sirios y libaneses con su amado San Charbel. En esta región ya tienen presencia los Chedrahui, los Hákim, los Grayeb, los Ahued, los Fayad, los Hachity, los Selem, y en la capital del país están los Slim, los Domit, los Karam, los Hadad, los Chuayfet, los Harp y otros tantos, que son motivo para que nuestro Joaquín recabara información, filmara y dirigiera en 1942 la famosa película el “Baisano Jalil”:
“Don Jalil Farad, su esposa doña Suan y su hijo Selim, son víctimas de discriminación por parte de una aristócrata, fodonga y mocha familia mexicana, que al caer en desgracia y casi sin tener que comer, se ven en la necesidad de ingerir toda su displicencia y acudir al incansable, honesto, austero, probo y modesto trabajador Jalil Farad, y éste les resuelve la vida”. Una crítica intensa para aquella época, que después de siete décadas, las evidencias son innegables (“veríficas”, dijera el Arqui).
Don Joaquín, después de enviudar, muere en la ciudad de México en el año de 1955. Y nada prueba que lo hayan ENTERRADO VIVO como fue difundida aquella amarillista y vigente leyenda urbana, y como otra vez dijera mi abue Jose, «puros chismes».
Envío un saludo al Martincillo, esperando tenga oportunidad de disfrutar las películas del Pardavé.
Amigos, Don Fernando Soto “Mantequilla” dejó esta frase: “Y como dijo Chakespiare, si te vi o no te vi… ni me acuerdo”.
Ánimo ingao…!!!
Con el respeto de siempre Julio Contreras Díaz
Les comparto el “Paso Baklán”, abuelito del “Pasito Tuntún”. Bailen con Joaquín para que jubilosos y prestos vayan a sus obligaciones.