ENTRE CORCHOLATAS
ENTRE CORCHOLATAS
Pedro Peñaloza
“La sumisión a un
hombre débil es disciplina.
La sumisión a un hombre fuerte es servilismo”.
Gilbert Keith
Chesterton
El
reloj que rige a las corcholatas morenistas avanza al ritmo que define su
creador. En efecto, el señor de Palacio monitorea y vigila los pasos de los
suspirantes presidenciales. Ellos, por su parte, se mueven e inventan lemas
propagandísticos, de acuerdo a sus ingresos disponibles. Se muestran
simpáticos, ríen y simulan firmeza.
Más
allá de sus frivolidades, lo que hay que saber son los límites de sus
planteamientos, al menos organizativos, los cuales empiezan a diferenciarse,
aunque no tocan el método de designación. Recordemos que AMLO ha defendido las
encuestas como único camino para la definición del candidato. Por cierto, no es
ocioso recordar cómo se manejan estos instrumentos demoscópicos desde la cúpula
del partido oficial, no necesariamente pulcros.
Los tres candidatos bendecidos y el
excluido: Sheinbaum, Ebrard, Adán Augusto y Monreal, respectivamente, no han
planteado, hasta ahora, ninguna idea que los diferencie de las líneas centrales
del actual gobierno. Ebrard, apenas dio un primer paso: propone al menos, un
debate antes de las encuestas, aunque es evidente que resultará inútil tal
ejercicio, ya que es previsible que ninguno cuestione lo hecho por su
destapador. Eso sí, será un acto propagandístico del morenismo, sus logros y
bondades; la otra propuesta del secretario de relaciones exteriores es que se
fije una fecha para que los presuntos renuncien a sus cargos.
Todos han aceptado la posibilidad del debate, pero la
jefa de gobierno ha rechazado dejar su puesto. Quizá, porque ella ha usado con
particular exceso su posición para promocionarse. Se cree la favorita del
señor. Así las cosas, estamos frente a un escenario volátil e impredecible.
Nadie duda que será la voluntad del inquilino de Palacio la que defina la
candidatura. Las dudas se presentan ante la actitud que tomarán los que no sean
ungidos.
Por lo pronto, Monreal ya fue rechazado por el bloque
opositor, ante su actitud en el Senado, aunque Movimiento Ciudadano ya le lanzó
un guiño. Quizá acepte una oferta del oficialismo. De Ebrard poco puede
esperarse: su trayectoria no describe a un personaje dispuesto a romper con las
ataduras con AMLO. Claro, puede cambiar, aunque no es previsible. Al igual que
Monreal, podría acceder a un premio de consolación.
Evidentemente, en estas actitudes timoratas subyace
el temor por una venganza del tabasqueño contra quien rompa con Morena. En fin,
lo penoso es que la oposición sigue sin horizontes claros y con sectarismos
infantiles, aunque todavía faltan algunas piezas del rompecabezas el tiempo
pasa sin luces disruptivas Ya veremos.
@pedro_penaloz