¿Entre David o Ahued, por quién?
¿Entre David o Ahued, por quién?
Por Edgar Hernández*
¡La tercera vía es el
“chocolate”!
Cuando Morena y su
clan esperaban que la ciudadanía se alzaría en júbilo al conjuro del nombre del
“Mesías” Ricardo Ahued, la respuesta de los jalapeños fue el rechazo, la
condena, la censura a quien de la congruencia pasó al arrodillamiento.
Mientras del otro
bando, a quien no daban posibilidad alguna, a quien no pasaban de considerarlo
un “tontín”, al que un día ungían y el otro bajaban, a quien de pronto lo abraza
la bandera de ¡Por Veracruz, Va!, recibe inusitado respaldo capitalino.
Hoy las mayorías
que aún ven a David Velasco como un galán otoñal, están ciertas que ahora si la
va a hacer bien las cosas y que hay que apostar por él.
Así es la política.
Es un tobogán, un
pedestal en donde un día un día te ungen y el otro te crucifican, mientras a la
vera del camino se quedan los impresentables: la morena de último minuto,
Elizabeth Morales, el eterno ya merito Juan Vergel y las oportunistas Ana
Miriam Ferraez, Dorheny García -prima hermana del gobernador-, así como la
“reina” del nepotismo Magdalena Galindo.
Fuera de la jugada
queda también el rijoso Manuel Huerta Ladrón de Guevara, quien carga sobre su
voluminosa humanidad una denuncia de violación sexual, y que de cara a al
proceso de selección de aspirantes a cargos de elección popular simplemente fue
hecho a un lado.
A Xalapa ya no hay
que buscarle tanto, la gente ya no quiere a Morena ni nada que huela a
Cuitláhuac y menos al atarantado de Hipólito Rodríguez, quien todavía este fin
de semana comentaba a su círculo lo satisfecho que estaba de entregar buenas
cuentas. No sabe la que le espera.
Así, el abanico de
posibilidades de cara a una intensa jornada electoral a sucederse en 126 días,
no guarda gran ciencia. Adelanta un voto de castigo para Morena y una jornada
inédita en favor de la oposición PAN-PRD-PRI.
En el camino habrán
de quedarse los aspirantes ciudadanos como Raúl Arias y Beto Covarrubias y
simplemente no les dará a Sergio Hernández ni a Cuauhtémoc Velásquez.
Acaso sólo quedan
por despejar las posibilidades de un aspirante de piel morena y alma blanca,
que trae el respaldo de los no votantes, de los abstencionistas y los de “El
Dique” que ahora sí saldrán a manifestarse cívicamente.
Ello, sin embargo,
habrá que mirarlo al paso de los días una vez que alguno de los partidos de la
chiquillada se manifieste y oficialice a sus candidatos.
Mientras en el solar
veracruzano un inusitado y poco visto ánimo de participación se muestra entre
la ciudadanía. La gente quiere salir a votar para dar la espalda a la traición
hecha gobierno que en desesperados intentos busca congraciarse con candidatos populares
o recogiendo la basura priista como son los casos de Tomás López Landero o
Jesús Abella, en Córdoba o Nino Baxzi por el puerto de Veracruz, quienes ahora
ven en Morena su futuro.
Son juegos de
artificio de última hora ante quien desde hace algunos meses ya decidió por
dónde habrá de caminar Veracruz y su capital.
A Morena, como
dicen los cánticos cuando se trata de romper la piñata, su tiempo se acabó.
Tiempo al tiempo.
*Premio
Nacional de Periodismo