Entre el desempleo y el hambre
Entre el desempleo y el hambre
Pedro Peñaloza
“No consiste la pobreza en poseer pocas cosas,
sino en dejar de poseer otras muchas”.
Séneca
Muchos litros de tinta y gran cantidad de
reflexiones han circulado para tratar de explicar la profunda crisis que ha
provocado la pandemia y los rezagos antes de ella. Ocupémonos de dos ámbitos
que atraviesan la vida cotidiana de millones de compatriotas, a saber, la
desocupación y el ingreso.
Según el Consejo Nacional de Evaluación de la
Política de Desarrollo Social (Coneval), entre abril y mayo, 10.6 millones de
personas se sumaron al desempleo: 6.5 millones tenían empleo formal y 4.1
millones corresponden a quienes se desempeñaban por su cuenta. De estos, los
jóvenes y los adultos mayores fueron los más afectados por el desempleo, para
los primeros se perdieron 25% de fuentes de empleo y en adultos mayores de 65
años la pérdida fue de 30%, indicó el organismo a partir de información de la
Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo del INEGI.
En relación al tema del hambre, vale la pena hacer
referencia a un interesante texto de José Casar, publicado en la revista Nexos
del mes de julio, titulado: “Mexicanos al borde del hambre”. Aquí se aborda la
evolución que ha seguido la llamada extrema pobreza por ingresos. Veamos: en
agosto de 2018 había 21 millones de pobres por ingreso, que representaban el
17% de la población, en febrero de 2020 eran 22 millones y, para mayo, hubo un
salto a 38 millones, lo que representar el 30% de la población total. Esto es,
aquella cuyo ingreso no alcanza a cubrir la canasta alimentaria aumentó en 16
millones.
Ante este escenario, la propuesta que plantea
Casar, derivada del análisis hecho por el Programa Universitario de Estudios
del Desarrollo de la UNAM, la cual propone destinar, en esta emergencia, a
estos inermes compatriotas, un total de 18 mil 900 millones de pesos mensuales
(226 mil 800 millones anuales), lo que significa el 3.2% del presupuesto de
egresos del 2020 y menos de un punto porcentual del PIB. Y, por supuesto, incluirse
también en el proyecto para el 2021.
Ahí
está una propuesta concreta que busca darle sentido a la consigna repetida de
AMLO, “primero los pobres”, y contener la vergonzosa precarización de amplios
segmentos de la población. Veremos los límites de la demagogia dominante y
ejercida con dosis de soberbia por el tabasqueño.
Los programas formulados por el ejecutivo sólo han
maquillado la hambruna, el desempleo y la desesperanza. ¿Podrá el inquilino de
Palacio Nacional escuchar propuestas más allá de su círculo de aduladores?
pedropenaloza@yahoo.com/ @pedro_penaloz