ENTRE ENCUESTAS Y REALIDADES
ENTRE ENCUESTAS Y REALIDADES
Pedro Peñaloza
“Es más fácil engañar a la gente
que convencerlos de que han sido engañados”.
Mark Twain
A estas alturas las falanges
morenistas ya dan por hecho que van a ganar la presidencia de la república. Su
mensaje a lo largo de varios meses ha sido señalar su amplia ventaja y lo
absurdo que sería perder con tales números. ¿Cuál es la base de su
triunfalismo? Encuestas de distintos orígenes. Tengamos presente que cualquier
análisis demoscópico tiene que tomar en cuenta la metodología, la confección de
su realización y quiénes las hacen.
Veamos lo que pasó en las
recientes elecciones del Estado de México. Varias casas encuestadoras que daban
un margen de más de 16 puntos arriba a Delfina Gómez, fracasaron en sus datos.
El margen fue de 8 puntos. Algunas de ellas ahora, otra vez, otorgan una brecha
inmensa a la candidata oficial. ¿Es posible que hayan sido “estimuladas” por
las fuerzas del gobierno? Muchas viven de “encuestas a la carta”.
A partir de este bombardeo
mediático se busca impactar en la conciencia colectiva de que la ciudadana
Claudia Sheinbaum es ya inalcanzable. Por supuesto, hay contadas encuestas que
tienen cierta credibilidad. Y ninguna otorga una separación abrumadora, aunque
sí considerable.
Desde otro ángulo, no debemos
perder de vista que estamos en presencia de una elección de Estado. La ofensiva
está encabezada directamente por el presidente López Obrador, quien se ha hecho
acreedor a muchas amonestaciones y reconvenciones del INE y del Tribunal Electoral.
De poco ha valido. No importa que eso implique un cambio radical a sus
principios “democráticos” cuando era candidato y que ahora olvida como
gobernante.
En este modelo de elección
estatal los gobernadores juegan un papel estratégico, la tradición de corte
priista los obliga a comprometerse con “cuotas de votos”. Por eso, en las giras
de Sheinbaum los asistentes son llevados por los gobiernos locales para
garantizar imágenes de actos masivos que sirvan para legitimar los posibles
triunfos en las urnas. No importa el gasto o el presupuesto, la victoria es lo
que le da solidez al movimiento guinda. Nada de propuestas.
La concepción triunfalista del
morenismo es notoria en la actitud de la candidata en los debates. Esa soberbia
y prepotencia de Sheinbaum la dibuja de cuerpo entero y prefigura una
presidenta déspota y apática. La mayoría calificada en la Cámara de Diputados
sería una herramienta peligrosa por las pretensiones autoritarias del
obradorismo. Por eso, ganar el Congreso de la Unión es clave para la oposición.
Aquí nadie debe sentirse sorprendido. Se requiere una concepción estratégica.
Nada de que este arroz ya se coció.
@pedro_penaloza