ENTRE MOISÉS, GREGORIO Y MATUS
Columna sin nombre
Pablo Jair Ortega
Colaboración invitado especial
El caso del periodista Moisés Sánchez Cerezo se ha politizado y convertido en nueva bandera para grupos políticos. De ahí se ha extrapolado para convertirse en el nuevo mártir que seguramente –insistiremos– no quiso ser.
En términos llanos, el asunto no ha sido resuelto ni por la eternizada Fiscalía General de Veracruz, ni tampoco por la Procuraduría General de la República, más trabada en el asunto de los 42 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa y con un procurador ya cansado (prácticamente rendido en el caso) pero al que todavía le depositan la confianza de que sea la PGR la que esclarezca el paradero de Sánchez Cerezo.
Y la situación se ha tornado como un nuevo caso polémico, un escándalo mediático, donde al final de cuentas hay una familia que no tiene noticias del destino de su pariente, pero al exterior todo mundo agarra matraca. Los partidos y actores ya defienden cada quien a sus colores, pero la realidad es que Moisés Sánchez Cerezo, como muchos desaparecidos en Veracruz, no está con su familia.
Vayamos por partes:
1.- Al igual que el caso de Gregorio Jiménez de la Cruz, cuya desaparición ocurrió el 5 de febrero de 2014 aproximadamente a las 7 de la mañana, el gobierno estatal ya tenía conocimiento casi inmediato de la situación. Con “Goyo” se sabe que al menos entre 15 a 30 minutos de ocurridos los hechos en Xalapa ya tenían la noticia, pues los periodistas de Coatzacoalcos alertaron desde temprano del “levantón” de Goyo a sus jefes de medios, compañeros en la capital del estado, representantes de organismos civiles y también lo hicieron por canales semioficiales llamando a teléfonos de funcionarios de Gobierno. Las redes sociales también formaron parte importante de la difusión del triste evento.
En el caso de Moisés se sabe que a pocos minutos d e su “levantón”, a través de tarjetas informativas alertaron a altos mandos de la Secretaría de Gobierno –entre ellos al entonces titular Erick Lagos Hernández– pero desdeñaron el aviso. Tan desinteresada fue la respuesta, que en el informe oficial que hicieron llegar al gobernador Javier Duarte fue que Sánchez Cerezo era taxista y dueño de una tienda de abarrotes. No ahondaron más en el asunto y ni siquiera se dignaron a confirmar si era conocido o tenía un medio. Dieron como un hecho que no era periodista y ya.
Un segundo aviso a pocas horas de ocurridos los hechos, a la misma dependencia y a su joven titular, advertía que el caso de Moisés podría convertirse en un nuevo escándalo como el de “Goyo” porque detectaron que la revista Proceso y el diario El Universal ya estaban tenían la nota en sus respectivas redacciones. El reaccionar tardío de los sistemas de “inteligencia” del estado iba a ser aprovechado para explotar en redes sociales y medios nacionales la estadística que todos conocemos: Veracruz es el estado de México más peligroso para los periodistas .
Aquí cabe comentar sobre la importancia de las primeras horas vitales para una desaparición, especialmente la de un periodista: a través del portal EnlaceVeracruz212, hace unos años hicimos rápidamente la divulgación del secuestro de un amigo sureño; en ese entonces, nuestro director César Vázquez Chagoya recibió una llamada que le pedía que bajara la noticia de la página, pero la respuesta del maestro fue tajante: “Si la bajo, lo matan”. Fue a través de otros canales que se logró la liberación de nuestro amigo en pocas horas, porque en la realidad el Gobierno de Veracruz se avocó más a calmar el escándalo, pero nunca contactaron a la familia ni hicieron un operativo de búsqueda.
Con Moisés y Gregorio se puede decir que pasó todo lo contrario al de nuestro amigo (de quien reservamos su identidad por seguridad): pese al conocimiento oportuno y el uso de las redes sociales, la reacción de Gobierno fue lenta y no necesariamente de avocarse a la búsqueda de los periodistas, sino a la de cómo lidiar políticamente con el asunto, especialmente cuando sabían que éste ya había pasado las fronteras de Medellín y llegaba a medios de comunicación nacionales.
2.- Explotada la noticia de la desaparición de Moisés y sin que los operadores desactivaran a tiempo, a través de redes sociales corrió como reguero de pólvora el caso. Dejaron que el asunto creciera, mientras se investigaba quién diantres era Moisés Sánchez Cerezo. Al gobernador informaron mal y sólo cuando vieron el tamaño de la estridencia es cuando decidieron poner manos a la obra y establecer contacto directo con la familia de Moisés.
Se puede decir que reaccionaron menos tarde que en el caso de Gregorio, pero fue insuficiente: mientras llevaban a la familia de Moisés con el gobernador Javier Duarte de Ochoa, y el vocero Alberto Silva tuiteaba aceptando que Sánchez Cerezo es periodista, esas primeras horas vitales no se usaron para localizar a Moisés o ubicar a los captores.
3.- No deja de ser curioso el caso de Moisés Sánchez Cerezo. No sabemos si es porque vive en una zona de conflicto yunista/fidelista, ya que el municipio de Medellín es como el hermano menor de la conurbación Veracruz-Boca del Río, centro del conflicto cuasi fundamentalista entre Miguel Ángel Yunes Linares y Fidel Herrera Beltrán.
Quizás es porque era un activista político muy afanoso en la comunidad El Tejar; o simplemente porque destacó que en su inquietud creó un blog y panfleto impreso para dar a conocer los problemas de su comunidad, pero el caso de Moisés casi alcanzó niveles de impacto mediático similares al de Gregorio, pese a que la mayoría de los periodistas de la región no lo conocía.
4.- El periodista de Coatepec Tomás David Matus Galván, autor de la columna “Cafetópolis”, lleva más tiempo desaparecido: más de dos meses, pero está ausente en las protestas, las pancartas y los señalamientos extremistas de que Duarte es asesino de periodistas. Lo peor del caso es que ni siquiera se ve voluntad para encontrarlo y sólo se sabe que fue visto por última vez en Zimpizahua.
Aquí se nota un peor desdén del gobierno estatal, que no ha informado de avances en el caso de la desaparición del coatepecano, pero tampoco ha sido del interés de los promotores de justicia para periodistas. El caso de Matus pareciera no ser atractivo mediáticamente p or no estar en el área geográfica de los apasionados corresponsales que viven en la zona de conflicto yunista/fidelista.
De igual manera podemos decir lo anterior de lo que ocurrió en Minatitlán, donde el regidor José Ignacio Trujillo Cortázar agredió a la reportera Alba Judith Guzmán Flores. Mismo caso en Moloacán, donde un constructor de nombre Miguel Pérez Martínez arremetió contra el reportero Jairo Giovanni Torres Luría. Lo que sí hay que destacar es que la prensa sureña es muy unida y no se va a dejar sobajar por los funcionarios. No necesitan de las vejigas de protagonismos ni treparse al tren de Sánchez Cerezo para dar a conocer tales agresiones.
El sur, debemos subrayar, no debe ser ignorado por el Gobierno de Veracruz en el caso de agresiones a periodistas: un ejemplo claro es el acoso que el remedo de cacique, Renato Tronco Gómez, tiene permanentemente con el Diario Presencia de Las Choapas.
5.- La familia de Moisés Sánchez Cerezo se ha mantenido al margen de las protestas y ha preferido realizar las propias. También ha cooperado con la perpetuada Fiscalía General del Estado, aunque los detractores del Duartismo repitan la ridícula can taleta de que los engañan y manipulan. Cabe resaltar que su hijo Jorge Sánchez es diseñador de la revista “GB Magazine”, perteneciente al consorcio de Grupo FM, de la familia Malpica.
6.- Leyendo el blog de Moisés en los últimos días (http://launionver.blogspot.mx/), en sus últimas entradas pueden leerse noticias respecto a actividades del municipio. Su último post “Festejan el Día del Policía en Medellín” fue el 26 de abril de 2014, en donde destaca la celebración que el ayuntamiento hizo a policías municipales.
De hecho, las publicaciones de Moisés se denotan aisladas e irregulares. Del 26 de abril, el penúltimo trabajo fue firmado el 17 del mismo mes; su antepenúltima nota fue publicada el 24 de marzo y hablaba del triunfo del agente municipal de El Tejar, Adrián Martínez Gayoso (en esta misma justa electoral participó Moisés) y de que el candidato del alcalde Omar Cruz Reyes había perdido la elección, pese a que el edil lo había impulsado con mucho dinero.
Marzo de 2014 fue el último periodo más activo de Sánchez Cerezo, especialmente porq ue en esa ocasión contendió por la Agencia Municipal de El Tejar, municipio de Medellín. Existen 6 publicaciones, la mayoría vinculadas al proceso electoral local.
Hay que reconocer que Moisés tenía al menos 4 años informando en lo llamaba “Medios Informativos LA UNIÓN… La Voz de Medellín”, pues su primera entrada fue el 6 de febrero de 2011, curiosamente con el tema de las elecciones de Agencias Municipales en Medellín.
Destaca entre su material la promoción personal para aspirar a dirigente municipal de su comunidad, pero también una cuantiosa publicidad para Omar Cruz Reyes como candidato del PAN a la alcaldía de Medellín, así como la promoción de la organización “Organizando Contigo el Rumbo”, que son las mismas siglas del hoy presidente municipal.
Sus últimas entradas indican que Moisés decidió tomar la línea editorial crítica, como cuestionar al alcalde por haber metido en el ayuntamiento gente que no pertenece a Medellín, la protesta por el aumento del predial y la recolección de basur a, así como problemas de seguridad, falta de alumbrado, etc.
Al menos en internet ya había dejado de publicar. Moisés Sánchez Cerezo había dejado de escribir en al menos 8 meses, lo que podría deducirse como que vivía retirado del oficio.
7.- El trabajo periodístico de Moisés es escaso. Se denota una personalidad inquieta, de trabajo por su comunidad, pero su impreso salió poco tiempo y su blog ni siquiera está actualizado desde hace meses. Quiso aventurarse en periodismo sin ser periodista, lo que también ha sido criticado, pero la realidad es que su trabajo es más el de una persona que creó una página gratuita en internet para dar a conocer los sucesos de su congregación, que el de un reportero profesional, dedicado en vida y alma para vivir del periodismo.
8.- Los hechos concretos, que lastiman, es que a Sánchez Cerezo lo sacaron de su casa con lujo de violencia y no aparece; pero su caso no es el único: hay decenas de desaparecidos en Veracruz.
De hecho, el caso de Moisés podría ser el que más avances tiene debido a la presión de la opinión pública: hay 13 policías detenidos y declaraciones hasta del alcalde de Medellín, pero no hay indicios, al menos públicos, que indiquen su paradero.